Los festejos de gol más llamativos en Mundiales
Andrés Burgo hizo un repaso de las celebraciones más recordadas en la historia de la Copa del Mundo, desde el baile de Tshabalala en Sudáfrica 2010 hasta el grito de gol de Maradona en Estados Unidos 1994.
Los Mundiales están llenos de acontecimientos importantes que quedan en la historia del fútbol. Remontadas, triunfos épicos, bailes, goles... y con ellos, los festejos. Es por eso que Andrés Burgo hizo un repaso sobre las celebraciones más llamativas y emblemáticas que sucedieron en la historia de la Copa del Mundo.
Los festejos más llamativos en mundiales
En el Mundial de Italia 1982, el local enfrentó a Alemania en la final que finalizó 3-1 a favor de la Azzurra. Marco Tardelli anotó el 2-0 a favor del local y su desahogo en el grito de gol fue con tanta energía, pasión y espontaneidad que quedó en la historia. 24 años más tarde, Fabio Grosso emuló el festejo de su compatriota en el Mundial de Alemania 2006 cuando marcó el 1-0 en el tiempo extra ante la selección local en la semifinal que finalizó 2-0.
Los festejos de los jugadores africanos le dan un condimento de alegría a la competencia más grande de todas y Roger Milla fue uno de los precursores en los festejos con bailes. La primera vez que se hizo en un Mundial fue en Italia 1990. El delantero camerunés festejó en el banderín con una coreografía histórica ante Rumania y Colombia.
En la siguiente Copa del Mundo, disputada en Estados Unidos en el año 1994, la creatividad aumentó y el nigeriano Finidi George celebró su gol imitando a un perro orinando, mientras que su compañero Rashidi Yekini festejó agarrándose de la red del arco y gritando emocionado.
En el Mundial de Corea - Japón 2002 los jugadores nigerianos seguían compartiendo con el mundo sus especiales festejos y Julius Aghahowa hizo una celebración acrobáticas con múltiples vueltas en el aire luego de marcar el único gol de la selección africana ante Suecia en un partido que finalizó 2-1 a favor de los europeos.
Por su parte, el sudafricano Lawrence Tshabalala no solo es recordado por marcar el primer gol del Mundial de Sudáfrica 2010, sino también por su coreografía luego de marcar ese tanto ante México. En Brasil 2014 se sumó el colombiano Pablo Armero durante la victoria de su selección contra Grecia por 3-0.
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Otra temática de festejos: en el Mundial de Rusia 2018, Suiza venció 2-1 a Serbia y los dos goles fueron festejados de la misma manera: Granit Xhaka como Xherdan Shaqiri celebraron haciendo el gesto del águila albanesa. Fueron unas de las celebraciones más politizadas de los últimos Mundiales, ya que los gestos demostraban la oposición a Serbia en lo sucedido en la Guerra de los Balcanes, situación que afectó a los dos jugadores: Shaqiri emigró de Kosovo y Xhaka nació en Suiza ya que sus padres debieron hacerlo antes de que él naciera.
También hay jugadores que tienen su sello personal a la hora de festejar, como Miroslav Klose y Robbie Keane. El delantero alemán lo hacía dando una vuelta carnero en el aire, mientras que el máximo goleador de la historia de la Selección Irlandesa lo hacía dando vueltas acrobáticas y haciendo el gesto de lanzamiento con arco y flecha.
En el Mundial de Francia 1998, Dinamarca se enfrentó a Brasil por los cuartos de final y la Verdeamarela tenía la ventaja. Brian Laudrup anotó el gol del empate (finalmente el conjunto brasileño se llevó la victoria 3-2) y realizó un festejo que quedó en el recuerdo: se tiró al pasto con la mano izquierda apoyada en la cabeza, en una pose que hacía parecer que el gol no le había costado.
Otro de los festejos históricos fue el del brasilero Bebeto en la Copa del Mundo de 1994, disputada en Estados Unidos. Brasil debía enfrentar a Países Bajos en los cuartos de final de la competición y el hijo del delantero había nacido dos días antes del encuentro. Por ese motivo decidió celebrar el 2-0 simulando tener un bebé en sus brazos. Finalmente, la Canarinha ganó el encuentro 3-2, terminó coronándose campeona del mundo y Bebeto continuó usando ese festejo en otros partidos.
Los festejos más llamativos de jugadores argentinos
En el Mundial de México 1986, Jorge Valdano marcó el 2-0 en la final ante Alemania (que finalizó 3-2 a favor de la Albiceleste) y señaló a Marcelo Trobbiani, quien era su compañero de habitación y el día anterior le había dicho que iba a hacer un gol. Misma celebración fue la de Roberto Ayala en el Mundial 2006 contra Alemania, pero en este caso el defensor le agradeció a su asistidor, Juan Román Riquelme.
Por otro lado, Ángel Di María es un jugador que acostumbra festejar sus goles haciendo un corazón con sus manos, en dedicatoria a sus hijas. Pese a que ya celebraba de esa manera, en los octavos de final ante Suiza por la Copa del Mundo en Brasil 2014 hizo el gol agónico en tiempo extra y su gesto quedó inmortalizado.
Por otra parte, en el Mundial de Sudáfrica 2010, Gonzalo Higuaín marcó un gol en la victoria de Argentina 3-1 ante México, pero el que se llevó el protagonismo del festejo no fue el goleador sino que Gabriel Heinze, que chocó la cabeza con una cámara y respondió golpeándola enfurecido.
Los festejos de gol argentinos más llamativos en Mundiales
Diego Armando Maradona es uno de los máximos goleadores de la Selección Argentina en Mundiales y sus goles más recordados en esta competición son los que realizó ante Inglaterra en el Mundial de México 1986. El gol de La Mano de Dios tiene la particularidad que en el festejo el Diez miró disimuladamente en dos ocasiones al árbitro por si invalidaba la acción.
El último gol de Maradona con la Selección fue en la goleada 4-0 ante Grecia, en el primer partido que disputó Argentina en el Mundial de Estados Unidos 1994. El ídolo argentino puso el 3-0 para la Albiceleste, luego de una gran acción colectiva, y lo festejó con un grito alocado ante la cámara.
En Rusia 2018, y pese a que en esta ocasión Maradona no estuvo en cancha, sí formó parte del festejo ante Nigeria para poder pasar a los octavos de final. Lionel Messi abrió el marcador para la Albiceleste y fue a festejarlo hacia el lugar donde Diego estaba ubicado. La Pulga abrió los brazos y Diego hizo lo propio, como si estuviera abrazándose mutuamente.
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