A 50 años del debut de Menotti en la Selección: la refundación estaba en marcha
Se cumple medio siglo de un momento clave en la historia del fútbol argentino. El Flaco Menotti dirigía su primer partido en la Selección y todo cambiaría para siempre.
El Flaco Menotti cambió la historia del fútbol argentino aquel 12 de octubre de 1974 del mismo modo que había reivindicado la historia de Huracán el año anterior. Como si hubiera revivido el espíritu del amateurismo, cuando el fútbol todavía era romántico. y con ese romanticismo pudiera reinterpretar la esencia del fútbol argentino.
Del mismo modo que todo el mundo distinguía que había una manera brasileña de jugar al fútbol, o una italiana con su estilo, y existía aquella furia española y una forma alemana, ¿por qué nosotros íbamos a despreciar "la nuestra"? Nuestra manera de jugar al fútbol, la de los Sívori o los Pedernera, la que nutrían los pocos jugadores argentinos que se destacaban y era vendídos al exterior. Si había una forma de jugar al fútbol argentino, una "nuestra" como la de La Máquina, no había por qué copiar a los europeos. Y allí ocurrió el cambio de mentalidad.
Después del desastre del Mundial 58, se había imitado a los europeos en todos los aspectos. Pasó cuando vinieron los extranjeros, cuando volvió el Toto Juan Carlos Lorenzo con sus ideas que se expusieron en el 62 y en el 66. Se entró en un gran descontrol y ya para 1974 se hizo ostensible la idea de que los jugadores no querían integrar la Selección porque todo era un gran desorden, un absoluto descontrol. ¿Qué propuso entonces Menotti? "Tenemos que copiarles la disciplina y la organización que tienen para las selecciones, pero no la manera de jugar. Lo que ellos tienen se puede adquirir; lo que nosotros tenemos ellos no lo pueden comprar porque nosotros somos los proveedores de los grandes jugadores, de la materia prima".
El antecesor de aquella Selección de Menotti fue aquel Huracán del 73, que rompió los esquemas y fue un equipo extraordinario, integrado por grandes jugadores y dirigido además por un tipo que tenía un concepto nuevo. César tomó el equipo a los 32 años. Había dejado el fútbol muy joven y tenía las ideas muy nítidas, muy claras. El mismo David Bracutto que lo contrató como presidente de Huracán fue el que lo llevó a la Selección para que se hiciera cargo.
Argentina venía de una experiencia, en 1974, en la que había habido ¡tres entrenadores! Y si bien aquel equipo no anduvo tan mal como otros que lo precedieron, fue eliminado y mostró aquella falta de características. Menotti justamente bajaba la línea de bancar el estilo, nuestra forma de jugar. Y así debutó aquel 12 de octubre de 1974 en cancha de River contra España. Fue un partido que quien escribe presenció en vivo y era la revancha de una Copa de la Hispanidad cuyo partido de ida se había jugado dos años antes en Madrid, y que en nuestro país generó gran revuelo porque el técnico, Enrique Omar Sívori, había ido a visitar a un Juan Domingo Perón aún en el exilio.
Aquel primer equipo de Menotti estaba formado mayormente por jugadores de Huracán, a los que ya conocía, y de Boca, que atravesaba un buen momento futbolístico. Ya en el debut (el partido finalizó 1-1) se percibió una idea nueva, la de un tipo que llegaba con el respaldo de lo que había mostrado en aquel Huracán que rompió todos los moldes del fútbol de ese momento con el Loco Houseman, Carlos Babington, Miguel Brindisi y el Coco Basile como líder de la defensa... Esa misma manera fue la que trasladó a la Selección.
Lamentablemente, al poco tiempo de su asunción como técnico, el país entró en años muy difíciles, con una democracia que empezó a tambalear hasta que llegó la dictadura. Menotti se mantuvo en sus cuestiones y se empeñó en conseguir el objetivo. Empezó entonces con las concentraciones estrictas y se armó una serie de amistosos con equipos extranjeros para ver dónde estábamos parados realmente ya que como anfitrión del Mundial 78, Argentina no participaba de las Eliminatorias. Sobre todo en 1977, hubo varios encuentros frente a las principales potencias europeas para medir la capacidad del equipo que estaba formando, algo que no era costumbre en aquel tiempo. Algunos salieron bien, otros no tanto. Pero ya con la dictadura en el poder, se mezclaron equivocadamente las ideas de Menotti con las necesidades de los militares de que Argentina ganara la Copa del Mundo. En lo nítidamente futbolero, lo trascendente es que se empezó a crecer y los jugadores volvieron a tener ganas de integrar el equipo. Fue la refundación de la Selección, una historia que duró ocho años.
Para aquel primer Mundial, quedó afuera Maradona, quien ya se erigía como una gran figura, porque Menotti eligió que jugara el Mundial Juvenil del 79. Y para el 82 le sumó a la base campeona al propio Maradona, a Ramón Díaz, a Valdano... A Argentina le tocaron partidos difíciles en la segunda ronda, perdió ambos contra Italia y Brasil, pero el equipo ya tenía una identidad marcada, una forma de jugar ofensiva con Mario Kempes como estandarte pero con huevo en el medio. Los partidos, por supuesto, los ganaban los jugadores, pero les habían inculcado fundamentos que son los mismos que hoy muestra el equipo de Scaloni. El Flaco Menotti, que se nos fue hace muy poco, le aconsejó a Claudio Tapia que siguiera con Scaloni -había arrancado como interino- porque su cuerpo técnico estaba formado por ex jugadores de la Selección y tenían claras las ideas de lo que pretendían. Esta Selección que juega el fútbol que le gusta a la gente, que fue campeona del mundo, que ganó dos copas América y rompió el estigma de las derrotas en las finales, reivindicó aquel estilo del 78, el de querer jugar.
Maradona fue participante esencial en el Mundial 86, el que se ganó con un Carlos Bilardo que tenía otra idea pero que también era una idea de trabajo. La de Menotti era más romántica, pero la línea de profesionalizar y priorizar a la Selección siguió, se mantiene y los resultados están a la vista.
Se cumplen este 12 de octubre 50 años de la refundación de la Selección Argentina. César Luis Menotti fue el artífice de este cambio de concepto y ahora sí Argentina, por esa identidad marcada y por sus títulos, es respetada en el mundo entero.
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