La deserción de Sansinena y los otros clubes en problemas: qué pasará en el Federal A
El equipo del General Cerri se bajó por problemas económicos, pero haya muchos más que los sufren. Las dudas sobre el torneo.
Sansinena de General Cerri venía dando señales de su situación financiera. Bajas masivas de jugadores, dos entrenadores que compartieron los últimos 11partidos del Federal, un sponsor que caducó y dejó las arcas reducidas a un 50 por ciento. Quedaron sólo cinco jugadores. Poco por analizar a la hora de seguir en la tercera categoría de nuestro fútbol.
Los problemas económicos se tornaron inmanejables. Varios futbolistas fueron echados de los alojamientos en los que estaban por falta de pago y se tuvieron que quedar en hogares particulares. Antes del partido contra Cipolletti, ya se habían ido de la ciudad diez jugadores y luego dejaron el club cuatro más por falta de pago de salarios y comida. En lo deportivo, el equipo estaba último y había perdido a su cuerpo técnico original, encabezado por Marcelo Bonetto, y también al interino Mauro Brunelli. Algunos futbolistas, afectados por esta situación, son Darío Giovanoni y el capitán Joaquín Parra, que se convirtieron en refuerzos de Villa Mitre.
Ante ese panorama, el adiós estaba a la vuelta de la esquina y no sorprendió a nadie. Sansinena se fue del Federal A. Sigue jugando el torneo local, donde tampoco para de perder, y su gente se movió en caravana a la puerta del club pidiendo por su continuidad. Un banderazo que fue solamente eso. El día después, la vida en General Cerri siguió con su ritmo bucólico, como si Sansinena siguiera jugando el Federal o como si nunca hubiera jugado.
El presidente de Sansinena, Marcelo Di Marco, declaró en La Brújula 24 que “jugar un Federal A con un presupuesto muy barato anda por los 20 y 30 mil dólares por mes. Para mi hoy el único club que puede afrontar un Federal es Villa Mitre, y no tengo nada contra los otros clubes. Mes a mes te encontrás con muchos aumentos y el pedido de actualizar los contratos de los jugadores”, detalló el dirigente.
Como ocurre con todos los clubes, hay un equipo que afronta la liga local y otro el Federal. En el caso del plantel que afrontaba la categoría nacional, el referente fuera de la cancha era Dámaso Larraburu, un abogado que era vicepresidente del club y actuaba como una especie de gerente. Era el encargado de resolver a quién se contrataba, por cuánto y con qué recursos. Además, manejaba la logística de los viajes. Se quedó sin plata de la provincia y debería haberse bajado hace tres años antes de que el club llegara a esta situación. “Dejó un tendal” , dicen.
Dámaso formó parte del justicialismo, fue tres veces diputado y titular del Banco Provincia de Buenos Aires. Ahora es funcionario del gobierno de La Libertad Avanza que comanda Javier Milei.
En ese contexto, el dirigente fue elegido en abril para ser el nuevo intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi, uno de los más importantes del país y de Sudamérica. La ausencia de Larraburu en General Cerri coincidió con el comienzo del fin para Sansinena.
El post Sansinena o las consecuencias que pudo haber deparado en la divisional son aún una incógnita y en algunos ámbitos pareciera un tema de difícil abordaje. Paralelamente, el Federal A transita por un mar de grises que salpican su credibilidad. El campeonato suele ser invisible para el público futbolero acostumbrado a las grandes ligas. En algunas ciudades los streaming son libres y en otros tienen un cargo. Esa invisibilidad juega a favor de comportamientos y resultados extraños que se presume existen a favor de empresas que lucran con este deporte a través del azar. Incluso varios equipos dependen de esas corporaciones para jugar y armar equipos.
Por otra parte, en Chaco, Sarmiento (otrora equipo del exgobernador Jorge Capitanich) transita un presente deportivo austero en el que incluso en los partidos que juega en Formosa o Misiones viajan el mismo día para economizar la noche de hotel. A pesar de contar con ayuda del Gobernador Zdero y Lotería Chaqueña, Chaco For Ever cuenta con otro standard en la provincia, pero Sarmiento recibe un mínimo aporte que solo alcanza para lo mínimo indispensable.
En Santa Fe conviven tres equipos en el Federal A: Unión de Sunchales, 9 de Julio de Rafaela y Sportivo Las Parejas). En un proceso de afianzamiento y con el sueño de clasificar con los de arriba, 9 de Julio transita la segunda temporada en la divisional. El club está ordenado y su continuidad no reviste complicaciones. Unión de Sunchales a principio de temporada dudó en su participación e incluso se pensó que arrancaba y en la mitad claudicaba como Sansinena. Pero llegó a dar una mano al club Denis Stracqualursi y los números se estabilizaron.
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En la Mesopotamia las cosas no son muy diferentes. Gimnasia de Concepción del Uruguay no tiene chances de ir por la clasificación y sus números están maltrechos poniendo en duda su continuidad.
Seguro que habrá más informaciones para este boletín. El país es grande y las cuatro zonas del torneo arrastran historias similares. Lo que queda claro es que ante una coyuntura económica donde las ciudades y las provincias han tenido que hacer un ajuste, la divisional mostró sus falencias y su falta de unión ante problemas en común. “No hay plata” y la tercera división del fútbol nacional lo sabe y lo padece. Así no funciona el Federal A. Lo más preocupante es que los 37 elencos que quedan no han mostrado empatía ante este problema. La AFA o el Consejo Federal aporta casi 3 millones de pesos por equipo por mes, cuando un presupuesto bajo para bancar un equipo ronda los 20.000 dólares mensuales o 25 millones de pesos, ocho veces más.
El efecto Sansinena está en cada rincón del país. Pero en el medio de las problemáticas en común, el gerenciamiento aparece a veces como una solución y en otras como un inconveniente.
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