Dirige en el Federal A, fue campeón con Vélez y sueña con que repita
El Mago David Ramírez, DT de Círculo Deportivo Nicanor Otamendi, apuesta por El Fortín en la final, cuenta su admiración por Gareca y se ilusiona con Godoy Cruz.
Si hay dos camisetas con las que los futboleros recuerdan especialmente a David Ramírez, son las Godoy Cruz y Vélez Sársfield. Y no es por casualidad. Con el Tomba hizo una gran campaña que llevó al equipo a destacarse y a clasificarse por primera vez a la Libertadores, mientras que con Vélez fue campeón en aquel recordado equipo de Ricardo Gareca.
Hoy, los días del Mago Ramírez transcurren en Comandante Nicanor Otamendi, donde es, desde este año, el técnico de Círculo Deportivo, que disputa el Federal A. Como todo hombre de fútbol, está pendiente de la definición de la Copa de la Liga, uno de cuyos protagonistas es El Fortín.
-¿Cómo ves a este Vélez finalista contra Estudiantes?
-Con la historia que tiene, nunca lo tenés que dar por muerto. Pasó por una mala racha, peleó el descenso, aun con Gareca le fue mal. Estuvieron realmente mal hace relativamente poco, también en lo dirigencial. Y este año arrancó muy cuestionado el técnico Quinteros y sin embargo hoy está en la final. Se lo merece y ojalá salga campeón. Desde que Godoy Cruz quedó afuera, deseo que Vélez sea el campeón.
-¿Te ponés como objetivo dirigir a alguno de los equipos donde jugaste?
-Sí, claro. Mi deseo el día de mañana es dirigir Godoy Cruz.
-Tu técnico de cabecera es Ricardo Gareca. ¿Por qué?
-Me gusta su forma de trabajar, su forma de ver el fútbol, su forma de hablar. Lo tuve en Vélez y fuimos campeones. Yo, ya con 30 años, aprendí mucho de él. Me decía que tenía que jugar más adelantado, casi de punta. Yo era un volante ofensivo pero él decía que tenía que ser delantero. Y me costaba, pero me hizo rendir en esa posición. Venía de hacer en Godoy Cruz ocho goles desde fuera del área y en Vélez hice diez: ocho dentro del área y dos desde afuera. Además, lo seguí en su paso por Perú y ahora en Chile. Es un técnico bárbaro. Incluso le escribí para que me tuviera en cuenta en sus cuerpos técnicos.
-Ahora tiene una enorme responsabilidad en Chile, que no viene bien en los últimos años.
-Sí, pero desde la época de Marcelo Bielsa, Chile cambió el chip. Más allá de que la generación dorada ya pasó, los clubes se empezaron a manejar diferente, los jugadores tienen otra mentalidad. Yo jugué en Unión Española y se decía que antes de Bielsa los jugadores se preocupaban más por salir en la tele que por ser futbolistas. Bielsa cambió eso, se empezó a priorizar la selección y comenzaron a ganar cosas.
-Reconocés a Bielsa a pesar que de estás en las antípodas futbolísticamente.
-Sí, claro. Ojo, Bielsa también me gusta. Me dijeron que estaba reloco, pero que labura como los mejores. El que más me gusta es Guardiola, pero no me caso sólo con una forma. Si se puede salir jugando, mejor, pero si hay que tirarla allá adonde están las vacas, no importa. Siempre lejos de nuestro arco. El tema es que no te hagan el gol. En la Argentina mandan los resultados.
-¿Y cómo es el Mago Ramírez entrenador? ¿Cómo vincular aquella elegancia tuya en el campo a arreglarse con lo que uno tiene?
-Dependo de la categoría del jugador. Yo les digo a los muchachos que cada uno ocupe su función y que todos tenemos que laburar para potenciar lo bueno. Si nos dedicamos a eso, las cosas van a ser más fáciles. A los jugadores con cualidades técnicas no le voy a poner límites, pero no quiero que jueguen para ellos sino para el equipo. Varios de los chicos me comentaron que no estaban acostumbrados a salir jugando desde el fondo, ya que buena parte de los equipos de la categoría juega a la segunda pelota. Pero los mejores partidos que ganamos fueron jugando por abajo.
-Uno de tus compañeros en Vélez, Poroto Cubero, también arrancó recién su carrera como DT y en Sportivo Italiano, otro de los clubes donde jugaste. ¿Cómo lo ves?
-Cuando compartimos aquel tiempo en Vélez, no creí que fuera a dirigir. No lo veía como entrenador, a pesar de su liderazgo y de que era capitán. Ojalá le vaya bien. Es una primera división, es B Metropolitana, y sin hacer recorrido en Inferiores asumió la Primera. Me gusta.
El presente en Círculo
Luego de que Círculo Deportivo Nicanor Otamendi hiciera en 2023 otra campaña complicada luchando por no descender, Ramírez llegó para inyectar nuevos aires con sus jóvenes 43 años y todo el hambre profesional por delante. Parte del ADN de la categoría, los equipos terminan una temporada y se desarman. El Mago llegó con la consigna de armar un plantel nuevo y buscar al menos tres jugadores que le hubieran sido útiles en sus dos eslabones anteriores como adiestrador. A la derrota en el debut le siguieron tres victorias consecutivas, otra caída en el medio y el triunfo de local 3 a 2 ante los mendocinos de Deportivo Rincón.
“Esta es mi primera experiencia profesional. Lo anterior fue amateur. Los Andes de Villa Ramallo es un club chiquito, de liga. Fueron mis primeros pasos. Luego dirigí Gutiérrez de Mendoza en el Regional Amateur. La gente de Círculo se contactó conmigo y aquí estamos”.
-¿Estás entusiasmado por las victorias conseguidas y la fortaleza de local?
-,Sí nos mentalizamos con que a casa nadie puede venir y llevarse las cosas como si nada. Acá se puede perder con cualquiera, pero al que consiga algo acá le va a costar muchísimo. Venimos haciendo las cosas bien. Los partidos de local los ganamos bien. Tenemos una cancha linda y grande, y sacamos ventaja”.
-¿Mirás a los candidatos de otras zonas?
-No, por ahora miro la nuestra. Si estamos dentro de los cinco (hoy está tercero, a dos de la punta), nos ocuparemos de ver las otras. Es un lindo torneo. Germinal no era candidato y sin embargo es puntero e invicto. Rincón es un equipo fuerte. Son zonas muy fuertes..
-Pero es un torneo que da poco premio. Sube uno solo.
-Sí, es una locura. Semejantes gastos que hacen los clubes para un ascenso y medio es muy poco, pero las reglas son así.
Vivís en Mar del Plata, donde están Aldosivi y Alvarado. ¿Aspirás a que te vean?
-Mi idea era arrancar en el profesionalismo para que después se me vayan abriendo puertas. Estoy muy agradecido a Círculo y mi deseo es hacer las cosas bien. Queremos clasificarnos entre los cinco y si hacés las cosas bien, las puertas se abren solas. Este es un club familiar, la presión se la pone uno mismo. La gente que va a la cancha se lleva el mate, apoya la bicicleta en el alambrado... Es todo muy tranquilo. Cuando ganamos, un muchacho me trae una bolso de bizcochos de premio.
-Pensaba que como estabas en el Papero, te traían papas.
-Sí, ligamos también. Agarramos todo lo que venga. Eso muestra que la gente está contenta.
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