39 minutos, seis segundos del primer tiempo: Troglio cruza la mitad de la cancha y es derribado por Rocha; 40 minutos, 26 segundos: Maradona saca la falta con un centro que Alemao manda al córner. En el medio, el bidón. Una artimaña forjada en el vestuario argentino con el objetivo de sacar ventaja intoxicando a un rival con agua contaminada con el sedante Rohypnol, según reveló el propio Diego en aquella histórica aparición en Mar de Fondo. Pudo haber sido cualquiera; cayó Branco.
Una historia de este tipo puede reconstruirse por lo que se ve en la transmisión de la TV y también por las declaraciones, insinuaciones y silencios de los protagonistas. Fueron solo ochenta segundos del 24 de junio de 1990, en el choque de octavos de final del Mundial de Italia entre Argentina y Brasil, un instante del que todavía se sigue hablando.
Las imágenes de video muestran a “Galíndez” Di Lorenzo, uno de los asistentes de Bilardo, arrodillado con una heladerita de bebidas frente a Troglio, que es atendido por el doctor Madero. El tiempo pasa en cámara lenta. El primero en acercarse es Giusti, que manotea una botella verde ante la mirada atenta de Troglio y se aleja. ¿Toma o no toma? No queda claro. Sí es evidente que Olarticoechea, el segundo en aparecer, saca una botella del mismo color y después de escuchar a Galíndez la cambia por otra transparente.
Argentina vs. Brasil en Italia 90: el primer juego de las botellitas
Fundido. Tribunas del Estadio delle Alpi de Turín, la casa de la Juventus, en la que Diego nunca era bien recibido: “Siamo qui solo per le brasiliane” (“Estamos aquí solo por las brasileñas”). Otra vez fundido a la cancha. Ahora la escena se sigue desde arriba: Giusti, que se había llevado la botellita verde, aparece del otro lado de Troglio y le pasa la bebida a un brasileño, que primero se moja la cara con su mano izquierda y luego toma del pico. Todo indica que es Branco, más allá de que no se le ve la cara ni el número 6: lo delatan las lengüetas blancas de sus botines Mizuno.
Maradona es el que vuelve a poner la pelota en juego y es también Maradona el que recibe el siguiente golpe, de parte de Alemao, cerca del córner brasileño. El árbitro francés Joel Quiniou dice “siga, siga”, pero Diego se retuerce en el piso mientras se agarra el hombro izquierdo. No había pasado ni un minuto. Entonces Galíndez salta otra vez a la cancha con su heladerita y se repite el juego de las botellas: Giusti mira, Basualdo le da un trago a una botellita transparente y Burruchaga, que agarra una verde, se saca el chicle y amaga a tomar, pero no toma. De amarillo se acercan Branco y Ricardo Gomes, el capitán, pero tampoco toman. Al menos en las imágenes de TV.
Pero lo que no muestran la televisión lo pudo capturar el fotógrafo de Getty Images Ross Kinnaird. Su placa suma en escena a Alemao y a Caniggia como actores secundarios. Pero hay algo mucho más importante y es que vuelven a aparecer las botellas verdes. Una la tiene Galíndez, que busca encajársela a Alemao; la otra la tiene Giusti, mientras Branco -ahora sí, confirmado- estira su mano derecha como si estuviera a punto de agarrarla.
Argentina vs. Brasil en Italia 90: el segundo juego de las botellitas
Los testimonios posteriores sostienen algunas cuestiones y generan dudas en otras. "Vascooooo, de ese no, de ese no, del otro...", contó Maradona que retó a Olarticoechea durante el partido. ¿Ocurrió algo semejante? Es posible, cuando Troglio estaba en el piso. Pero Diego también dijo que otros brasileños que tomaron del agua contaminada -“A Valdo le decía ‘dale Valdito, tomá que hace un calor bárbaro’”- y lo cierto es que Valdo no figuró en ninguna de las apariciones Galíndez en cancha.
Sebastiao Lazaroni, técnico de la Verdeamarela en el ´90, comparó el caso del bidón con el “buenas noches, Cenicienta”, que es como llaman en Brasil a los ladrones que adormecen a sus víctimas para robarles. Y mientras Branco se quejó ante un posible “ataque o control antidoping", Galíndez salió a responderle: “Si saliste mareado de tu vestuario, ¿qué culpa tengo yo? Si te llego a dar veneno, no terminás”.
Los jugadores argentinos reparten confirmaciones, desmentidas y silencios. Consultado por TyCSports.com, Olarticoechea dijo que estuvo cerca, que no estaba de acuerdo y que “algunas cosas es mejor no contarlas”. Para Troglio se trata un mito… “pero por las dudas no hay que tomar agua del contrario”. Y Bilardo, sindicado como el autor intelectual de aquel episodio, dijo y se desdijo en más de una oportunidad, una de ellas en la Revista Veintitrés en enero de 2005, semanas después de la visita de Diego a Mar de Fondo.
-Maradona contó la anécdota del bidón con tranquilizante que le dieron a Branco... blanqueó una anécdota que lo involucra a usted.
-Pero no dijo quién fue.
-¿Quién fue Bilardo?
-No sé, no sé... no digo que no haya pasado. ¿eh?
-No lo niega y usted era el responsable.
-Sí, pero te digo que no sé.
*Nota publicada originalmente el 24 de junio de 2020.
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