Un River en modo oficina: los números cierran, pero aburre
Respaldado por Armani, el equipo mantiene el invicto y avanza en la tabla del Apertura, pero sigue lejos de encontrar circuito ofensivo y enamorar al hincha. En 22 de los 30 partidos desde el regreso de Gallardo, anotó, como máximo, un gol. En 2025 todavía no hizo ninguno en los primeros tiempos.
Desde los números, el 1-0 ante Lanús confirmó que River 2025 sigue con lo que desde tiempos inmemoriales se llama la "media inglesa", es decir, que gana de local y empata de visitante. No solo continúa invicto tras seis partidos sino que además, junto a Riestra y San Lorenzo -que juegan este lunes-, es el equipo que menos goles recibió en el Apertura: cualquier crítica sostenida e intensa que omita esta parte de la realidad corre riesgo de estar dirigida desde cierto encono o conveniencia.
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Lo bueno del fútbol, como las redes sociales, es que todos pueden opinar. Lo malo, en ambos casos, es que también cualquiera puede hacerlo: cada tanto hay que leer o escuchar que Franco Armani ya no tiene nivel para atajar en el Millonario. Lógicamente, esas quejas quedan archivadas tras actuaciones como las del arquero-leyenda frente al Granate o Independiente Rivadavia, pero volverán al ruedo ante su próximo error.
Aclarado que este equipo tiene los números más o menos acomodados, queda claro que también juega muy por debajo de lo que se espera. El equipo de Marcelo Gallardo consigue algo difícil: que River aburra. Los partidos se hacen largos, tediosos, sin sorpresa.
La tapada clave de Armani sobre el final de River - Lanús
En los primeros seis primeros tiempos de este torneo, no hizo ningún gol. Si no es récord, debe estar cerca. Con diferentes tácticas y jugadores, es un equipo que juega en modo oficina: ficha, cumple, firma memorándums y llena planillas de Excel, pero no contagia ni conmueve. Ya es un juego en las tribunas adivinar en qué minuto la hinchada empezará a cantar "movete River movete" o "A ver si nos entendemos los jugadores y la popular".
Cada tanto, es cierto, surge algún circuito ofensivo -el segundo tiempo contra Independiente, algunos minutos ante Lanús-, pero el equipo no tiene fluidez ni le encuentra la vuelta a rivales interiorizados de los pormenores del proyecto ofensivo de River: la figura en los primeros partidos del año no son los arqueros contrarios, sino Armani.
El gol de Borja para la victoria de River sobre Lanús
El tema viene de 2024, pero sigue en 2025. De los 30 partidos que lleva el ciclo Gallardo, en 22 el equipo convirtió, a lo sumo, un gol: en 10 no hizo ninguno y en 12 anotó uno, como frente al equipo del sur del Gran Buenos Aires. Luego, festejó dos goles en tres partidos, otros tres en tres encuentros y anotó cuatro tantos en las dos presentaciones restantes.
Al equipo le cuesta el gol porque le cuesta el juego y, de hecho, a Lanús le ganó por un jugada out of context: rebote afortunado en Maxi Meza y puro mérito en Miguel Borja, el goleador suplente, otro síntoma de un River extraño, que no enamora ni hace reír en la semana del 14 de febrero y en días de carnaval, pero al que las cuentas le empiezan a cerrar.
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