El mérito de Demichelis: ahora River gana y convence
El 3-1 dejó más señales positivas: el DT repitió el mediocampo después de 13 partidos y el equipo mejoró ante Instituto la buena actuación del jueves contra Nacional. Al esquema inicial lógico le siguieron los cambios naturales.
Si River ya había dado señales positivas el jueves ante Nacional, anoche contra Instituto no sólo las repitió sino que las mejoró: incluso cuando perdía había jugado un primer tiempo aceptable y no merecía el 0-1 parcial. El entretiempo fue un momento de angustia porque el resto de los resultados confluían para una eliminación con gusto a fracaso, pero el equipo de Martín Demichelis sostuvo el juego, lo mejoró y llegó a un 3-1 que le permitió una clasificación holgada, incluso en el primer puesto de la zona. Al menos en los últimos dos partidos, River ya no solo gana: también convence.
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Aunque seguramente algunas críticas esperan agazapadas al primer golpe (y claro, pueden llegar en el próximo compromiso, incluso con una eliminación por penales), el técnico parece haber encontrado el equipo. Por primera vez en los últimos 13 partidos, Demichelis repitió el mediocampo respecto al juego anterior: tanto ante Nacional como contra Instituto, River presentó un primer dúo entre Rodrigo Villagra y Rodrigo Aliendro para la recuperación de la pelota y la salida inicial y un segundo escalón ofensivo con Nacho Fernández y Claudio Echeverri para el enlace con los delanteros.
A esa formación lógica y a un esquema también natural, el 4-2-2-2 (ya sin rastros de los forzados 4-3-3 o 4-5-1), le siguieron además los cambios que reclamaba el partido: Esequiel Barco y Manuel Lanzini hoy son importantes cuando ingresan en el segundo tiempo, aunque es probable que Manu termine sumándose como doble cinco desde el arranque.
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Si hasta ahora River sólo respondía a las críticas con resultados positivos, también empieza a hacerlo con la progresión de su juego. El semestre toma color: primer puesto en la zona A, final de Supercopa Argentina ganada ante Estudiantes y dos triunfos en dos presentaciones en la Copa Libertadores. Pero no sólo eso: comienza a saberse a qué juega el equipo y ni siquiera las ausencias de Miguel Borja o Paulo Díaz (en el segundo tiempo) se convirtieron en un problema.
A las sentencias firmes en el fútbol se las lleva el partido siguiente, pero da la impresión además que Demichelis recuperó el control del vestuario, dañado tras el Off The Record Gate: Borja se habrá enojado tras el amistoso ante Independiente Rivadavia porque se quedó sin un fin de semana libre pero hoy no se ven jugadores con caras largas, incluso aunque algunos peso-pesados tengan que salir.
Aunque la definición de la Copa de la Liga premia a los empates con su posterior definición por penales, Demichelis suma puntos para dejar atrás esa relación sin química con los hinchas. La tiene difícil. Pero una mayoría silenciosa, aunque no lo idolatra, sí lo banca. Acaso cada vez más.
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