Las claves tácticas de River y Boca de cara al Superclásico
Demichelis y Almirón dejaron atrás la Copa y se enfocan en el gran partido de este domingo. A qué juega cada uno y cómo intentan lastimar y cuidarse.
Faltan apenas horas para el superclásico y la semana quedó atrás. Más allá de la abultada derrota de River en Brasil y la sólida victoria de Boca en Chile ante Colo Colo, los dos entrenadores están pensando en lo que viene. Ni lamentos deprimentes ni excesiva confianza. Sí, claro, conclusiones. Y planes a ejecutar.
Demichelis no cambia de idea
La goleada sufrida en Brasil no le va a modificar la idea a Martín Demichelis. Lo que viene construyendo hasta acá es muy bueno y seguirá apoyándose en los rasgos que los transformaron en el puntero del torneo. En su cancha, intentará imponer condiciones, será el equipo que tenga mayor tiempo la pelota, construyendo desde atrás e intentando darle volumen ofensivo por carriles centrales. Éste es un sello: mientras Casco y Enzo Diaz le dan amplitud y profundidad al equipo, la apuesta de Demichelis pasa por nutrir el centro, buscar movilidad y pases arriesgados para filtrar líneas de presión, con especialistas en lectura de espacios como Nacho Fernández, Aliendro, De la Cruz o incluso con la explosión de Barco con pelota dominada.
En el torneo local, River es el conjunto con mayor promedio de gol por partido (casi 2), más posesión de pelota (63%), mayor cantidad de jugadas de gol (7), mayor cantidad de remates al arco (6) y de pases efectivos (495), y cuenta con el mejor intérprete en este rubro: Enzo Pérez, quien posee 90% de precisión a lo largo del torneo.
Algunos equipos apostaron a tapar al mediocampista central para evitar la salida limpia desde atrás, pero esto lo tiene bien trabajado Demichelis, porque Aliendro o De la Cruz permutan con el mendocino para que no haya interferencias en la ruta de pases.
Nacho Fernández es un especialista en detectar estas zonas. Todos saben que es un jugador destacado a marcar, que no hay que dejarlo pensar. Sin embargo el creativo se las arregla para recibir solo, perfilado y con la jugada en la cabeza. Con 15 pases de finalización, es el abanderado en este rubro.
Arriba, Nacho, el intérprete de los espacios. Su lectura de encontrar ese lugar intermedio. Abajo, Enzo Pérez con persecución individual. Se lleva marca para permitirle a DLC o Aliendro ser el primer pase.
El doble 9 no tuvo los rendimientos esperados, por eso Beltrán se adueñó del centro del ataque, es quien más capacidad asociativa mostró y el goleador este año con 9. También fue el jugador que más situaciones de peligro generó (22). Intenso para ejercer presión e inteligente para moverse, se convirtió en uno de los mejores delanteros del país.
La gran movilidad de Beltrán y su capacidad de salir del área para permitirle a otro ocupar ese lugar. Movimientos que hacen daño.
En defensa, River mostró dos caras, una en el torneo local, donde es robusto y sólido, mientras que en la Copa Libertadores aparecieron viejos problemas de desequilibrio.
El equipo tiene buena capacidad para presionar rápido tras perder la pelota y si eso no sale, replegar rápido. Aliendro y De la Cruz a los costados de Enzo Pérez le dieron soluciones al experimentado mediocampista central. Donde tiene dolores de cabeza River es en el presente de los marcadores centrales, con lesiones y rendimientos irregulares. Tener una postura tan ofensiva expone a los jugadores en este puesto porque juegan gran parte del encuentro adelantados. Por algo es el elenco que más recupera en campo contrario (más de 9 por juego en promedio. Esto hace que los centrales tengan muchos metros por cubrir. Aquí es donde Boca intentará explotar espacios con transiciones rápidas de sus extremos y la llegada de mediocampistas.
En cuanto a la pelota parada, hubo un pequeño cambio que introdujo Demichelis para los córners en contra: marcar en zona y, sacando al arquero, los otros diez jugadores comprometidos.
Anteriormente era una marca mixta, además de la zona se agregaban dos o tres marcas personales dependiendo del rival de turno. En este rubro, River ha mostrado algunas fragilidades, aquí puede haber oportunidades para Boca.
La marca en zona de River en pelotas paradas.
El nuevo Boca de Almirón
Almirón logró algunos cambios importantes en Boca en poco tiempo y lo hace competir mejor. El equipo se ve más corto para defender, dejó de sufrir a espaldas de los mediocampistas centrales. Corrigió problemas con el retroceso de Advíncula al adelantar al peruano e incluir a Weigandt. De esta manera, se volvió más peligroso en las transiciones ofensivas porque con dos velocistas como Villa y Advíncula, el daño es latente.
La jugada maestra de Almirón: Advíncula de extremo, le aportó gol, desborde pero también contracción para perseguir al lateral rival. Villa, de extremo, da una mano y vuelve, aunque no aporte tanto en defensa ocupa espacio. Boca es un equipo más corto.
En fase ofensiva todavía tiene potencial de mejora. No es un equipo avasallante con el balón, tampoco muestra obsesión por salir jugando desde atrás como lo hizo en otros equipos que le tocó dirigir, pero dejó de ser Villadependiente y se mostró con dinámica para atacar por la velocidad de sus extremos, con mediocampistas que pisan el área y tienen la obligación de llegar y con una gran aparición, el Colo Barco, que con 18 años es presente y será futuro. El tándem con Villa por izquierda es muy bueno.
El colombiano se reencontró con el gol, lo que le faltaba, porque en datos ofensivos es el líder del equipo en ocasiones generadas (28), remates al arco (15), pases de finalización (17), regates y centros.
El Xeneize es el equipo con mayor cantidad de gambetas por partido y aquí radica parte de lo peligroso que puede ser. Aunque el proceso esté en construcción, hay jerarquía de sobra.
A diferencia de River no elabora tanto por adentro y no necesita juntar tantos pases para crear situaciones. Busca cambios de orientación rápidos para explotar el lado débil con velocidad.
Boca maneja opciones tácticas: el 4-3-3 con el que inició ante Racing y Colo Colo, donde Almirón tendrá que reemplazar al expulsado Payero con un mediocampista (Equi Fernández) para tener refuerzos en la zona central, donde River es muy fuerte.
Otra opción es incluir un central más y pararse con 3 atrás para soltar a Barco, como lo hizo la segunda parte en Chile, con buen rendimiento colectivo.
El esquema 3-5-2 permite liberar a Villa de funciones defensivas y tenerlo fresco para contragolpear. Barco de mediocampista tiene soporte a sus espaldas por el stopper y soltura para atacar. Mediocampo superpoblado, centro mejor cubierto para defender
Ante la lesión de Benedetto, todo parecía indicar que Merentiel se quedaría con el puesto, pero el entrenador apostó por el relegado Vazquez. El sacrificio y la entrega sin pelota lo posicionaron mejor de cara al superclásico, un trabajo sin pelota más funcional para este nuevo Boca. Almirón podrá inflar el pecho con algunos nombres propios a los que les levantó el nivel: Vazquez, Advíncula, Weigandt, Pol, Varela… y jugársela por Barco.
A fuerza de sacrificio y trabajo sucio sin pelota, Vázquez se metió en el once. Forzó el 2-0 en Chile.
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