Racing ganó un partido para creer. Tuvo todo lo que tantas veces se le reclamó. Actitud para revertir, cambios adecuados, imponerse en otro juego decisivo, rebelarse ante ausencias pesadas.
Hace rato que no erra cinco claras por partido. Llega menos, pero erra menos. Defiende mejor, se expone lo justo y necesario, se hizo un equipo más bicho, producto de algunos desamores e injusticias.
El intenso cruce de Cardona con los hinchas de Racing
Tagliamonte pudo hacerse cargo de la ausencia de Arias, Rojas entró perfecto, Carbonero ganó el partido, Copetti hizo un gol después de un mes. Todo es positivo porque mucho de esto que pasó, ofrece garantías que son necesarias para pelear por el título. Cuando no funciona el plan, es auspicioso encontrar soluciones en el banco. El momento de Racing, que ganó con la actitud de un equipo que sabe lo quiere, que tiene sobrante de herramientas, y que se está volviendo más sólido y voluntarioso, ya réune cuatro victorias (Argentinos, Patronato, Platense y Unión) en los últimos 5 partidos y es uno de los cinco equipos que pelea en serio por el campeonato.
Tagliamon analizó el triunfo de Racing:
Se alejó de aquella serie de juegos con multiplicidad de empates que lo confundieron y le hicieron creer que era endeble, frágil, bajo de autoestima, inseguro y que había extraviado su concepto ganador. Dos victorias en nueve partidos (Central Córdoba y Banfield), empates con Newell's, Arsenal, Tigre, Barracas, Boca, Talleres y derrota con San Lorenzo. Aquél fue su peor momento, y ya pasó, pero no estrictamente por los resultados, sino más bien por cómo se daban esos resultados. Dominio, pérdida de goles insólitos, caída física, desventaja o igualdad, y un círculo en vicio que lo tuvo engañado en la misma trampa durante un tiempo lo suficientemente tóxico como para objetivarse salir campeón. Pero encontró soluciones a tiempo y por eso se sostiene en una ilusión con fuerza.
Al equipo de Gago le quedarán la nómina de los rivales menos accesibles en las últimas seis finales. Entre ellos debe medirse con Central en Avellaneda, al que le ganó dos veces de las últimas 6; Defensa en Varela, al que no vence hace 8 años; Atlético, el líder; Colón en Santa Fe, en donde no se impone hace una década; Lanús de visitante, en donde ganó un partido de los últimos 9 y River, con quien no vale la pena reflejar estadísticas. Más allá del presente de los rivales, los números siempre pesan, pero este equipo está demostrando que está dispuesto a revertir situaciones que no tienen que ver con estos jugadores y también, y más importante, las que sí tienen que ver con este equipo. ¿Puede con todos? Sí. ¿Puede consigo mismo? También.
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