Huracán le puso su identidad al clásico con San Lorenzo
El Globo se llevó puesto al Ciclón y consiguió el triunfo que le resultaba esquivo en los últimos duelos, cuando llegaba como favorito pero no pasaba del empate. Se impuso con autoridad.
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Pese a haber sumado 7 de los últimos 9 puntos, Huracán llegaba con ciertas dudas al clásico en cuanto a su funcionamiento. Las extraordinarias salvadas de Hernán Galíndez, algún tiro en el poste y el destino le permitieron sumar lo que no había podido en los primeros tres partidos. Inició la temporada insinuando y no logrando cosechar para ganar confianza en su reconstrucción. Sin embargo, fue pillo. Frank Kudelka primero en el armado estratégico y el equipo en su interpretación de lo que había en juego frente al rival de toda la vida. El clásico como la oportunidad de demostrar de qué está hecho este nuevo plantel, encolumnado detrás de un gran capitán como Galíndez. El rearmado de verano generó expectativas durante el mercado de pases y ansiedad conforme no se iba plasmando lo esperado. Aprovechó a este San Lorenzo que últimamente visita el Tomás Ducó con mucho sigilo, priorizando no perder, y se lo llevó puesto.
"A Boedo no vuelven más", los festejos de Huracán tras el clásico
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Es cierto que venían dándose muchos empates en el clásico. También que era el Globo el que quedaba con sabor a poco, asumiendo que no podía imponerse en una era en que naturalizó llegar habitualmente mejor que el Ciclón. Por eso necesitaba extender la racha sin derrotas en el Palacio (desde 2017), pero ganando. Salió decidido a la cancha y en su primer intento, sacó provecho a la floja defensa rival en la pelota parada y la conexión entre Leonardo Gil y Fabio Pereyra.
La tensión del partido llevó a un mayor orden en el mediocampo y el pibe Leonel Pérez disimuló bárbaro su inexperiencia, así como también Eric Ramírez aportó el imprescindible corazón para un partido de este calibre, cuando el juego asociado todavía no está seteado. Tomás Guidara fue otro de los exponentes importantes de la muestra de carácter, así como Walter Mazzantti otra vez fue amenaza constante. Para el complemento, entre la baja de César Ibáñez (3 clásicos ganados y otros 3 empatados para el lateral surgido en La Quemita) y el debut de Leandro Lescano, más el desgaste lógico, acertó FDK en el reordenamiento y la gente empujó para sentenciar un partido que sólo estaba abierto por lo ajustado del marcador. Emmanuel Ojeda se vistió de asistidor y Rodrigo Cabral, cual soldado heroico, adelantó el delirio de los más de 40 mil quemeros. ¿Será este gol el que derribe la pared como pasó con Ángel Di María en la Copa América 2021?
Este Huracán, que todavía busca consolidarse como equipo cumplió con los primeros objetivos trazados: llegar bien al clásico y quedárselo. Ya en puestos de clasificación, va en busca de los playoffs antes de iniciar su camino en Copa Sudamericana y Copa Argentina. La euforia todavía es alta e incluso la emoción, porque el equipo apadrinó a un chico con síndrome de down al momento de la arenga y porque los quemeros que viajaron desde distintos puntos del país para decir presente se sintieron representados. Corrieron y metieron, pero también tocaron. No fue baile, pero tampoco dudas y el Palacio tuvo su fiesta.
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