Cómo los jugadores de Francia le ganaron las elecciones a la ultraderecha y por qué se posicionaron
El domingo el país europeo celebró la segunda vuelta de los comicios legislativos y la coalición de izquierda se impuso relegando al tercer lugar al partido nacionalista de Mariane Le Pen, contra el que habían apuntado Mbappé, Thuram y varios otros jugadores del seleccionado.
Mbappé explotó tras el triunfo de Le Pen: "No podemos dejar el país en manos de esa gente"
Francia vivió una sorpresa el domingo en las elecciones legislativas en las que se impuso la coalición de izquierda con el espacio del presidente Emanuel Macron detrás y relegando al tercer lugar a la Agrupación Nacional (AN) de ultraderecha liderada por Marine Le Pen. La victoria fue celebrada por los jugadores de la selección gala que, con Kylian Mbappé a la cabeza, se expresaron durante la Eurocopa pidiendo "no votar a los extremos" tras el triunfo de Le Pen en la primera vuelta el 30 de junio.
La reacción de los futbolistas del elenco europeo llegó luego de que Le Pen ganara con un 33,3% de los votos en la primera vuelta frente al 28,2% del Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierda (31 escaños) y el bloque macronista de centroderecha (20% y dos diputados). "Más que nunca hay que ir a votar. Hay una verdadera urgencia. No podemos dejar nuestro país entre las manos de esa gente. Creo que hemos visto los resultados, es catastrófico", dijo Mbappé antes de los cuartos de final contra Portugal y sus compañeros lo siguieron.
El defensor Jules Koundé, que juega en Barcelona, aseguró tras el triunfo frente a Bélgica en octavos de final: "Me decepcionó ver la dirección que toma nuestro país con un gran apoyo a un partido que está en contra de nuestros valores de tolerancia y respeto y que quiere dividir a los franceses".
Previo a que comenzara a Eurocopa Ousmane Dembelé había sido el primero en sentar postura: "¿Tomar una posición? No es que no quiera, pero creo que la situación en Francia... Ha sonado la alarma. Tenemos que movilizarnos para ir a votar". Poco después, el atacante del Inter Marcus Thuram fue más explícito: "La situación política es muy grave. Como ciudadanos, debemos luchar a diario para que esto no vuelva a suceder. Para que no pase AN".
Pero esta aversión de los futbolistas con el partido derechista no es nueva, sino que resulta histórica. En principio, hay que tener en cuenta que la mayoría de los que opinaron son descendientes de inmigrantes, muchos provenientes de África, y esa identidad choca con los valores nacionalistas y elitistas que promueve Le Pen, al tiempo que hay varios que profesan el Islam, una religión a la que la líder política considera una amenaza para los franceses.
Este equipo cuenta con varios negros en relación con conjuntos de antaño. La gran estrella, Mbappé, es hijo de un camerunés y una argelina y se crió en la zona de París conocida como la banlieue, un suburbio de la capital en el que también se forjaron el zaguero William Saliba y el delantero Randall Kolo-Muani. Aunque esta vez, otros jugadores blancos también se manifestaron en contra de Le Pen, como Benjamin Pavard y Olivier Giroud.
Por eso tras los resultados del domingo en redes sociales los futbolistas compartieron su felicidad, como Aurélien Tchouaméni que escribió en X: "Victoria del pueblo". "Felicitaciones a todos los franceses que se movilizaron para que este hermoso país que es Francia no se encuentre gobernado por la extrema derecha", se explayó Koundé.
No es la primera vez que un Le Pen polemiza con el seleccionado francés. Les Bleus se coronaron campeones del mundo por primera vez en 1998, con nombres como Zinedine Zidane, de origen argelino, Lilian Thuram, padre de Marcus y criado en la isla caribeña de Guadalupe, Patrick Vieira, nacido en Senegal, Marcel Desaily, procedente de Ghana, Christian Karembeu, de Nueva Caledonia, entre muchos otros, pero ese equipo fue tildado de "poco francés" debido a que tenía algunos jugadores negros. El que hizo esa acusación fue justamente Jean-Marie Le Pen, padre de Marine y fundador del partido nacional. A esa selección se la llamaba despectivamente Black-Blancs-Beur” (negros, blancos y árabes).
Por aquellos años Le Pen padre también le achaba a los representantes nacionales que no contaban el himno, una crítica que continuó haciendo por años. "Como siempre, Le Pen solo dice tonterías", lo cruzó en 1996, previo al Mundial, el capitán de ese equipo que no era ni más ni menos que Didier Deschamps, técnico campeón en Rusia 2018, que sigue al frente del seleccionado y que, además, es hijo de españoles.
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