Gago en Rosario: el emotivo reencuentro con la gente de Boca y su gesto en los incidentes
En la previa del triunfo por penales ante Gimnasia y Esgrima La Plata en la Copa Argentina, la hinchada xeneize le dedicó un telón de bienvenida y lo aplaudió cuando la voz del estadio mencionó su nombre. Los gestos de un DT efusivo, que no paró ni un minuto de dar indicaciones y se acercó a pedir calma cuando se armó el combate.
Gago se acercó al lugar de los incidentes para calmar la situación
Si bien aún no podría decirse con rigor que Fernando Gago "volvió a casa", tal como expresó al aterrizar en territorio tras romper su contrato con Chivas de Gualadajara mediante una cláusula de rescisión, el entrenador de Boca se reencontró con los hinchas este miércoles por la noche, en el triunfo por penales frente a Gimnasia y Esgrima La Plata por los cuartos de final de la Copa Argentina. En una jornada más que especial, Pintita recibió algunos mimos en su segundo cotejo oficial en el corralito xeneize.
El primer "regalo" que le hizo la parcialidad azul y oro fue una bandera de bienvenida firmada por La 12. Para armarla, los autores utilizaron una foto suya con la cinta de capitán, durante su última etapa como jugador del club, que arrancó a mediados de 2013 y terminó a principios de 2019, después de la derrota en la final de la Copa Libertadores 2018 a manos de River en Madrid. Aunque no entró en el top-3 de los más aplaudidos durante la mención de la voz del estadio -Leandro Brey, Edinson Cavani y Miguel Merentiel ocuparon el podio-, el otrora medicocampista de Real Madrid recibió el reconocimiento de la gente, pero en su justa medida, lejos de una gran efusividad.
Vestido de saco azul y camisa negra, Pintita salió al césped igual que en sus épocas de jugador: a paso firme, con la cabeza levantada y con el rostro imperturbable. Se notó que tuvo que tomar decisiones importantes en las horas previas. Tras un pedido de disculpas de Cristian Medina, quien había solicitado no jugar ante el Lobo por la negativa de la dirigencia a aceptar la última oferta de Fenerbahçe, eligió apagar un incendio en lugar de generar problemas: lo incluyó en el banco de suplentes pese a su intención de dejarlo afuera de la planilla.
La salida de Gago al estadio Marcelo Bielsa para Boca vs. Gimnasia
Los primeros minutos ya lo mostraron con su tradicional intensidad, con efusivas órdenes de presión alta para sus dirigidos. Incluso, pidió efusivamente una infracción que no era tal en los segundos iniciales del partido, luego del pitazo inicial de Jorge Baliño. En el primer cuarto de hora, no se sentó un solo instante al lado de Fabricio Coloccini, uno de sus ayudantes de campo.
Gago, parado y a pura intensidad en Boca - Gimnasia
Ni siquiera el gol de cabeza de Aaron Anselmino en el amanecer del encuentro lo calmó. Al rato llamó a Exequiel Zeballos para pedirle que jugara bien pegado a la banda derecha, la del banco de suplentes.
Así como Rafael Nadal -quien anunció semanas atrás su retiro del tenis a fin de año- tiene un ritual preparado antes de cada saque, Gago realiza constantemente una serie de movimientos para canalizar los nervios: da una indicación a sus dirigidos, toma agua de una botella que deja al alcance de la mano y coloca sus brazos en jarra. Recien sentó cuando faltaban 10' para el cierre del primer tiempo, después de mandar a calentar a Cristian Lema, Nicolás Figal, Juan Barinaga y Milton Giménez.
El gol de Anselmino para Boca, desde adentro de la cancha
Pintita no se mantuvo ajeno a los incidentes provocados por las barras de Boca y Gimnasia en la antesala del segundo tiempo, apagados por el noble gesto de Juan Román Riquelme de bajar a la platea para calmar a los violentos. El entrenador se arrimó a la tribuna y todo el tiempo dialogó con el árbitro para ver cómo seguía la situación. Además, colaboró con un pedido de calma.
El momento en el que Riquelme calmó a la barra de Boca en el medio de los incidentes
Si bien no frenó nunca su intensidad e indicaciones, el gol de Marcos Rojo en contra lo puso más efusivo aún. A medida que los errores de sus dirigidos crecían, también lo hacía su enfado e incomodidad. Y el ritual nunca quedó de lado: la botellita de agua lo acompañó a lo largo de los 90 minutos.
Antes de los penales ya se había puesto nervioso cuando Kevin Zenón salió por lesión. "Lo rompieron todo", le comentó al árbitro Baliño, mientras su jugador lloraba desconsolado en el banco de suplentes. En la tanda, se lo notó tenso, pero respiró aliviado gracias a la apuesta que le salió bien: Leandro Brey atajó ¡4! remates y depositó a Boca en las semifinales de la Copa Argentina, para destapar la alegría del entrenador.
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