Wimbledon es el torneo más antiguo y prestigioso de todo el circuito del tenis, con más de 147 años de historia, y en la próxima edición sufrirá un cambio inédito: dejará de tener jueces de linea humanos.
Los míticos jueces vestidos, que determinaban si una pelota entró o no, dejarán de existir y serán reemplazados por el sistema Hawk-Eye Live, el cual entrará en vigencia en las 18 canchas que tiene el certamen. Este mismo está automatizado, y consta de múltiples cámaras que monitorean la trayectoria de la pelota y un operador de video que supervisará el sistema desde una sala externa.
Antes, los tenistas solicitaban revisiones electrónicas de decisiones complejas, pero a partir del próximo año serán reemplazados por llamadas automáticas inmediatas tras el pique de la pelota.
Con respecto al árbitro principal, no se moverá de su lugar, y seguirá presente en la cancha en su silla. Los jugadores ya están acostumbrados a la presencia de la inteligencia artificial en circuitos internacionales, y algunos jueces de línea todavía quedarán en cancha por si falla este nuevo sistema o por algún problema técnico.
En Wimbledon trabajan cerca de 300 jueces de línea durante las tres semanas de torneo, y para no dejarlos sin trabajo, se está evualuando capacitarlos para que sean árbitros de video o supervisiores fuera de la cancha.