La extenista Camila Giorgi, italiana de ascendencia argentina de parte de su padre excombatiente de la guerra de Malvinas, reapareció en los medios después de largos meses de misterio: en mayo apareció como retirada en mayo en los registros de la WTA sin anuncio ni explicación oficial y en medio de versiones de que había huido de Europa por enfrentar graves acusaciones de parte de la Justicia.
“Hace años que quería dejarlo, ser tenista es una vida dura. Lo pospuse mucho tiempo", relató la también modelo de 32 años en una entrevista con Canal 5 de Italia, y agregó: “¿Desaparecí de repente? Esa es la versión que dijeron, no desaparecí". Pero enseguida, debió responder sobre los rumores de problemas fiscales y la denuncia de que dejó la casa que alquilaba cerca de Florencia llevándose muebles del propietario valuados en 100 mil euros.
“Mi familia no estaba al tanto de la situación fiscal, los problemas surgieron por culpa de las personas que me gestionaban. Cuando firmé para retirarme, estalló el caos. Nunca nos asustamos, cambiamos a las personas que me gestionaron y ahora estamos en orden. Lamento que la culpa recayera en mi padre. No me gusta la palabra víctima, pero esta vez es así”, se defendió, y desmintió la versión de los muebles robados: “La casa no tenía muebles y nosotros siempre pagamos el alquiler. La noticia me hizo reír”.
La exnúmero 26 del mundo, que por su talento en Italia siempre aseguraron que estaba para más, contó que en estos meses estuvo en Estados Unidos, que se encuentra en pareja y feliz con su nueva vida: “Viví un poco en Italia y un poco en Estados Unidos. Nos quedamos en Miami durante tres años. Me gustaría quedarme allí para siempre, pero vuelvo a menudo a Italia, simplemente no me gusta hablar de lo que hago y parece que me estoy escondiendo... Ahora estoy feliz, estoy donde me gusta estar”.
El proceso por la vacunación falsa
Otro de los asuntos legales que involucraron el nombre de Giorgi surgió en su momento en Vicenza, donde se cursa una investigación sobre el consultorio de una médica que, durante la pandemia de covid-19, entregaba certificados falsos de vacunación para aquellos que no quisieran inyectarse pero necesitaban ese documento para realizar sus actividades. Y en esa causa asomó el nombre de Camila y su núcleo familiar, causando la atención de los medios. Por ahora, la Justicia cuenta con 25 procesados.
”Me sorprendió mucho la doctora porque pensé que teníamos una relación humana. Pero apenas tuvo problemas, mencionó mi nombre y eso me molestó. Quiso cubrirse por sus errores”, lanzó, y aseguró haber obrado de buena fe: "Si no, no podía viajar ni ir a los torneos. Descubrí que no era una vacuna del covid, después".