"Juegan en Francia pero son todos de Angola. Su vieja es nigeriana, su viejo camerunés, pero en el documento nacionalidad: francés", dice un fragmento de un cántico que se puede usar como modelo de todo lo que una persona no debe ser: racista, xenófoba, despectiva, violenta y homofóbica. Un lamentable pero pequeño grupo de argentinos lo expuso en Qatar y, rápidamente, el hecho se transformó en una noticia que recorrió varios países. Algunos levantaron el dedo generalizando y poniendo a todos los argentinos en una misma bolsa. Otros, hasta se preguntaron por qué en la Selección Albiceleste no hay jugadores de raza negra.
Ahora bien, ¿sabrá ese grupo de argentinos que dentro de un tiempo, muy probablemente, la Selección de su país estará integrada por un jugador con raíces familiares africanas, peruanas, paraguayas, venezolanas o bolivianas, entre otras? ¿Sabrán que viven en un mundo cada vez más globalizado donde la migración es moneda corriente? En Rusia 2018, 82 jugadores representaron a otros países. En Qatar, esa suma se incrementó a 137.
De los 26 convocados por Didier Deschamps, 23 son nacidos en Francia, y 13 poseen ascendencia africana. Curiosamente, en Qatar, los franceses contribuyeron a otras selecciones con 37 futbolistas (en Rusia fueron 21). Sin ir más lejos, en la semifinal, Marruecos presentó a dos titulares, Romain Saïss y Sofiane Boufal, oriundos de tierras galas.
La causa de la migración hacia otros sitios suele tener un común denominador: búsqueda de oportunidades imposibles de alcanzar en el país de origen. Otro motivo influyente son los conflictos bélicos. Por eso, en Argentina, la mayoría de los habitantes tiene apellidos de ascendencia europea.
La génesis de los inmigrantes en Francia
Para clarificar esta cuestión podemos enumerar las razones.
En el siglo XIX, Francia colonizó varios países africanos como Argelia, Senegal, Costa de Marfil y Madagascar, además de otras tierras en distintos continentes que aún se mantienen: Guayana Francesa (América del Sur), Polinesia Francesa (Oceanía) y Mayotte (África), solo por nombrar algunas. De hecho, en 1904, una parte de África fue nombrada oficialmente como África Occidental Francesa.
- Chile 1962: no participó
- Inglaterra 1966: eliminado en fase de grupos
- México 1970: no participó
- Alemania 1974: no participó
- Argentina 1978: eliminado en fase de grupos
A esto se le suma las ausencias en cinco Eurocopas, entre 1964 y 1980, al no conseguir la clasificación. Los dirigentes de la Federación Francesa de Fútbol pusieron manos a la obra y crearon una estructura de doce escuelas de fútbol con el objetivo de cazar y formar talentos. La más conocida se llama Clairefontaine. De allí salieron Nicolas Anelka, Louis Saha, Thierry Henry, Paul Pogba, N´Golo Kanté y Kilyan Mbappé.
Las raíces de los 26 jugadores de Didier Deschamps
Ya mencionamos que 23 nacieron en Francia y que 13 tienen ascendencia africana. Los únicos tres foráneos son:
- : de Congo de mudó a Francia cuando era adolescente. Se convirtió en un símbolo de Olympique de Marsella y está participando de su tercera Copa del Mundo.
- : al año dejó Angola y arribó a Lille junto a sus padres, que son de Congo y lograron escaparse de la guerra que terminó con el fin de Zaire.
- : el hijo de Lilian, campeón mundial en 1998. Nació en Parma ya que su padre se encontraba jugando allí. Además, Lilian es de Guadalupe, una colonia que Francia posee en el Caribe.
Infografía extraída de abc.es: Luis Cano
Hay cuatro futbolistas que sólo tienen raíces galas: Benjamin Pavard, Adrien Rabiot, Jordan Veretout y Olivier Giroud. Mientras que Raphaël Varane y Kingsley Coman vienen de Martinica y Guadalupe, respectivamente, dos islas francesas al sureste del Caribe. Además, está el caso de Alphonse Aréola, de padres filipinos.
Franceses que representan a otros países
Así lo eligieron. Porque sus corazones se los dictaron. La ascendencia familiar pesó más en, por ejemplo, Aymeric Laporte (España), Arien Silva (Portugal), André y Jordan Ayew (Ghana) y Kalidou Koulibaly (Senegal), quien estuvo en los planes de Deschamps.
- 10 a Túnez
- 9 a Senegal
- 8 a Camerún
- 4 a Ghana
- 2 a Marruecos
- 1 a Qatar
- 1 España
- 1 Alemania
- 1 Portugal
Infografía extraída de Twitter: Jorge Flores @joje_ff
Amine Harit, el francés que figura en los convocados de Marruecos, no fue parte de la lista definitiva por lesión.
¿Quién aprueba la elección del futbolista de representar a un país distinto a su origen?
En el mundo de la pelota, la FIFA se encarga de estudiar y tomar una decisión en cada caso. Para ejemplificar con dos argentinos, Darío Cvitanich tenía un bisabuelo nacido en Zagreb. Hace más de una década, Croacia quiso contar con el delantero, pero la FIFA se lo negó debido a que consideró su ascendencia muy lejana. No ocurrió lo mismo con Daniel Bilos, quien pudo haber representado a los Vatreni en Alemania 2006. Con su bisabuela oriunda de Split más el pasaporte comunitario, la máxima entidad del fútbol aceptó el pedido de los croatas. Sin embargo, el ex Boca optó por usar la Celeste y Blanca: "Si juego un amistoso y no voy al Mundial, no hay problema". Finalmente, Bilos pudo darse el gusto.
Volviendo a Francia, la situación con su plantilla no es una novedad. Simplemente, ha tomado más trascendencia por la cantidad de jugadores con raíces africanas. En el Mundial 1998, Les Bleus se consagraron con tres extranjeros que disputaron la final contra Brasil: Marcel Desailly, de Ghana, Patrick Vieira, de Senegal, y Christian Karembeu, de Nueva Caledonia, que está ubicada a 1.400 kilómetros al noreste de Australia y que hoy es una colectividad francesa de ultramar. En aquella definición, un tal Zidane anotó dos tantos: el mismo que tiene a sus padres argelinos.
Las etnias, los orígenes y las ascendencias no son más que condimentos reflejados en el deporte rey, en un mundo globalizado y azotado por la desigualdad, para poder contar lindas historias de personas que se animaron a cambiar su presente por un futuro mejor.