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Balbo íntimo: cantante a beneficio, amigo de Bati, dolor por Diego, elogio a Passarella y "Bilardo fue un genio"

Entrevista exclusiva con el DT de Central Córdoba, ídolo de la Roma y jugador de tres mundiales con la Selección. Cómo le gustaría que juegue su equipo.

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Por Germán Bellizzi
Abel
Abel

La entrevista se acordó a las 16 horas en un hotel donde habitualmente se concentra el plantel de Central Córdoba. Abel Balbo bajó al lobby puntualmente, haciendo referencia a esta cuestión que él considera como algo muy importante. “La puntualidad es una de las cosas que miro en una persona. Esto lo tuve siempre. Llegar en horario a una cita es una señal de respeto hacia el otro y hacia el trabajo. Yo llego dos horas antes al entrenamiento para preparar todo, y los jugadores están llegando una hora y media antes. Eso quiere decir que están contentos”.

Balbo está transitando su primera experiencia como técnico en el fútbol argentino. Es que Central Córdoba (SdE) le dio chance de dirigir en el país. “Cuando terminé de jugar en el 2002, no sabía qué quería hacer. A los tres o cuatro años hice el curso de entrenador en Italia y empecé a entrenar hasta el 2012. Me gustó, disfrutaba. Después por motivos familiares dejé por ocho años. Y cuando me surgió esta oportunidad ni lo dudé”.

Bilardo y Menotti

Bilardo y Menotti

-¿Qué diferencias encontrás en los futbolístico entre Argentina y las principales ligas de Europa?

-Argentina siempre tuvo la fantasía, la faceta ofensiva. Es nuestro punto fuerte. Ahora creo que igualó a Italia en la parte defensiva, en la preparación de los partidos, en la organización de los equipos. En ese aspecto creo que Argentina está en un nivel top.

-¿Cómo te definís como entrenador?

-Pienso que un equipo define al entrenador a partir de cómo juega. Yo quiero un equipo protagonista, veloz, simple, que use la fantasía. Creo mucho en el talento de los jugadores. Esto es lo que hace que un entrenador sea muy bueno o muy malo.

-Te escuché decir que querés defender como Italia y atacar como Argentina.

-Cuando yo tuve que definir mi identidad como entrenador, me hice la siguiente pregunta: ¿quiénes son los mejores en la parte defensiva y quiénes atacando? En la ofensiva creo que Argentina y Brasil son los mejores del mundo. Y en defensa los italianos. Entonces aproveché a hacer el curso de entrenador en Italia, donde el 80 % de las clases tienen que ver con lo defensivo. Lo que pretendo es que mi equipo sepa defender cómo Italia y atacar como Argentina. Nosotros nacemos con el caño, la gambeta, y en Italia nacen con la táctica.

-¿Quién gana, el que se defiende bien o el que ataca mejor?

-Yo creo que los equipos se arman de atrás hacia adelante. El 90% de los campeonatos los ganan los equipos que menos goles reciben. Eso no quiere decir que uno sea defensivo, sino que para ser ofensivo hay que tener una muy buena defensa. Si querés atacar como yo pienso, tenés que defenderte muy bien. Si no te sabes defender, atacar es muy arriesgado.

Roma, un lugar muy especial

Roma, un lugar muy especial

En su etapa formativa en Newell's Balbo tuvo a Jorge Griffa y a Marcelo Bielsa. Debutó en la Primera en 1987 y se consagró campeón con el Piojo Yudica. A partir de ese momento construyó una carrera de relieve internacional en la que tuvo entrenadores muy importantes.

-¿Qué técnicos te marcaron?

-En Argentina, tuve a los mejores. Arrancando en Inferiores con Griffa y Bielsa. Después tuve a Yudica, Passarella, Bilardo, Basile, Bianchi, Menotti. Tomé un poco de todos y después le agregué mí impronta. Tuve técnicos que priorizaban más lo defensivo y otros la parte ofensiva. Y yo quiero hacer las dos cosas bien con mi propio idea de juego.

-¿Qué te dio Bilardo? Porque lo tuviste siendo muy joven.

-Bilardo fue un genio. Un adelantado. A mí en los 90 me estaba preparando como lateral porque decía que los atacantes iban a tener pocos espacios. Él creía que los laterales tenían que saber jugar como delanteros. Y empezó a probar en ese sector con delanteros. Y con el correr de los años, eso que dijo Carlos se dio. A mí me enseñó muchísimo, me agarró cuando recién empezaba. Y de ahí fue mi paso a Europa. Tanto él, como Bielsa, cómo Menotti me ayudaron a crecer porque en esta etapa incorporé todo lo que me enseñaron.

-¿Y qué te dio Menotti?

-Menotti me dio el amor por jugar bien al fútbol, el intentar jugar siempre. Te daba mucha libertad. Y mis equipos tienen mucho de eso. Hay que disfrutar de la belleza del juego.

-¿Encontrás puntos en común?

-Son dos números 1 con estilos diferentes. Menotti le daba prioridad a la técnica, la fantasía. Aunque Carlos también. Si vos mirás sus equipos, él colocaba jugadores ofensivos con muy buena técnica. Le daba prioridad a la técnica del jugador cuando hacía las elecciones. En eso se parecen.

Passarella y Maradona

Passarella y Maradona

-A Bielsa lo tuviste cuando todavía no eras profesional.

-Bielsa experimentó con nosotros en Cuarta y Tercera. Su amor por el fútbol es tan grande que esa pasión lo hacía parecer alguien fuera de lo normal. En esa época en las Inferiores se le daba mucha importancia al juego, se hacían partidos, y él nos hacía llevar palos de escoba cortados a la mitad porque no había conos y hacíamos triangulaciones, ejercicios que eran una novedad. Y eso para mí fue fundamental porque me dio nociones que después me sirvieron en Europa, como la importancia del movimiento y de buscar los espacios. Todas cosas que hasta ese momento yo no sabía y que después cuando fui a Italia me sirvieron mucho.

-¿Y qué te aportó Passarella?

-Daniel me aportó muchísimo y me da pena no verlo dirigiendo. Conmigo fue una persona extraordinaria, primero como compañero me ayudó mucho en River y después como entrenador. Yo quisiera verlo de vuelta porque es uno de los grandes ídolos de nuestro fútbol junto con Diego. Hace mucho que no hablo y me gustaría hablar con él. Me da pena que por un mal resultado como presidente de un club se olvide todo lo que hizo antes. Siempre me acuerdo cómo me ayudó cuando yo no la estaba pasando bien en River. Además, me aconsejó cuando fui a Italia, me dijo qué debía hacer para consolidarme en ese país. Soy un agradecido a Daniel.

"Passarella es uno de los grandes ídolos de nuestro fútbol junto con Diego. Me da pena no verlo dirigiendo"

Después de su paso por Newell's y River, Balbo se fue a jugar a la liga italiana, que en ese tiempo era la más importante de Europa. Comenzó en el Udinese y por sus actuaciones y los 69 goles convertidos, fue transferido a la Roma. En el equipo de la capital no defraudó y en siete temporadas marcó más de 80 goles. En Italia estuvo 13 años, y pasó también por el Parma y la Fiorentina. En toda su carrera, convirtió 204 goles.

“Estoy muy conforme con la carrera que hice. Jugué en Newell's, que es el equipo del que soy hincha y con el que salí campeón. Jugué en los dos más grandes de la Argentina, River y Boca. Estuve en tres mundiales y me di el gusto de jugar 13 años en Italia que en ese tiempo era la liga más importante del mundo”, señala Balbo.

Por qué Lamas

Por qué Lamas

-¿Y dónde sos más ídolo, en Roma o en Udinese?

-Soy más ídolo en Roma. Ahí estuve muchos años y pasé los mejores momentos de mi carrera. Se forjó una relación muy fuerte con el hincha. Hasta el día de hoy recibo mucho afecto por parte de ellos.

¿Con qué porcentaje de lo que lograste como jugador te conformas como técnico?

-Recién empiezo. Ojalá tenga el 50 % de las satisfacciones que tuve como jugador. Yo disfruto como técnico. Me hace feliz.

-¿Te animás a armar un equipo con los mejores jugadores que tuviste de compañeros?

-No quiero ser injusto porque seguro voy a dejar alguno afuera. Tuve la suerte de jugar con jugadores impresionantes. Si hablamos solo de Argentina, estuve con Maradona, Caniggia, Batistuta, Redondo, Verón, Ruggeri, Ortega, Burruchaga, Batista. En la Selección pasé por todas las etapas. Jugué en el Mundial 90 y era uno de los jóvenes, en el 94 tenía la edad justa y en el 98 ya era uno de los viejos.

-De los tres mundiales en los que estuviste. ¿En cuál te viste más cerca de conseguir el título?

-En el 94. El equipo del 98 también era muy bueno. En el 90 llegamos a la final, pero el equipo estaba diezmado. Llegamos por Diego, por la inspiración de Caniggia y por la unión del grupo. Pero creo que el equipo que hubiera ganado el Mundial es el del 94. Por categoría, funcionamiento, calidad y cantidad de jugadores que había. Yo jugaba como volante por la izquierda, Redondo en el centro y Simeone por la derecha. Era una función que yo ya había hecho en las inferiores en Newell's, me alejaba del arco pero por la Selección valía el sacrificio.

-¿Es cierto que vos no arrancaste siendo 9?

-Yo no era 9, empecé a jugar en esa posición cuando me llevaron a Italia. Por eso era un 9 atípico porque me gustaba mucho jugar, bajaba y participaba del juego, pero después tenía que llegar y definir porque en Italia me contaban los goles y si me quería quedar, ese número tenía que subir. Yo me sentía más cómodo jugando como una segunda punta porque tenía el arco de frente y no me peleaba con los defensores.

Balbo
Balbo

-¿Disfrutaste de tener como compañero a Diego?

-Diego era un artista, hacía cualquier cosa con los pies. Lo que puedo decir es que cuando jugué, por más que él la recibiera de espaldas, yo me preparaba para ir buscar la pelota en profundidad porque de alguna manera se las ingeniaba para darte el pase. Yo hice un gol en Chile así, empecé a correr antes y él me tiró la pelota de espaldas y sorprendió a los defensores, a mí no porque lo conocía. Diego hacía esas cosas.

-¿Cómo recibiste la noticia de su muerte?

-Me dio mucha tristeza. Son esas noticias que nunca querés recibir. Diego era mi ídolo porque yo lo vi jugar en el mundial 86, después fuimos compañeros y después fuimos construyendo una amistad. Me da mucha tristeza porque hoy podría estar con nosotros. La manera en que murió me da mucha pena. Conmigo siempre fue muy afectuoso. La última vez que lo vi me invitó a Dubai. Era una persona excelente, nadie te va a hablar mal de Maradona como compañero. No era vigilante y además nunca te hacía sentir que era el mejor del mundo. Todo lo contrario: te motivaba.

-¿El gol que más gritaste fue el que le hiciste a Australia por el repechaje?

-El gol que más grité fue el que Maradona le hizo a Inglaterra en el 86. Pero de los que yo hice, fue el de Australia porque venía de no estar en la Selección, me daban la oportunidad de volver en un partido decisivo, también regresaba Diego y participar junto a él en la jugada del gol es uno de los mejores recuerdos que tengo.

-En el 2002 jugaste en Boca y te retiraste cuando podrías haber seguido un tiempo más. ¿Por qué?

-La idea era venir por la Libertadores y jugar dos años más. Estaba muy bien físicamente y tenía alrededor monstruos como Guillermo, Delgado, Carlitos, Román. Tranquilamente hubiera hecho un gran trabajo. Pero lo de mi padre me afectó muchísimo. Tuvo una enfermedad muy rápida y letal, y eso hizo que dejara el fútbol.

Abel al micrófono

Abel al micrófono

¿Qué te quedó pendiente?

-Para mí lo máximo era jugar en Primera. Ése era mi sueño de chico. Jugar en la Selección lo veía como algo imposible y tuve la chance de eso y mucho más. Yo vengo de un pueblo de 6.000 habitantes, hijo de una familia de trabajadores y construí toda mi carrera en base al sacrificio y al talento que uno puede tener.

-¿Armaste tu cuerpo técnico con gente que no conocías?

-Hice muchas entrevistas para elegir a mi cuerpo técnico. Es gente que conozco hace un año. Tengo un cuerpo técnico extraordinario. Martín Piñeiro y Gabriel Martínez son mis colaboradores de campo. Carlos Juárez como preparador físico y también a un fenómeno como Julio Lamas.

-¿Cuál es la función de Lamas?

-En la parte técnica y táctica, Julio no tiene nada que ver. Él se encarga de la gestión del cuerpo técnico, de la del grupo. Es mi mano derecha. Tiene una visión distinta a la nuestra porque viene de otro deporte. Es muy útil. Me da muchos consejos. Es una persona de una humildad enorme. Siempre trata de medir las palabras para dejar en claro que soy yo el que decide.

-¿Además de técnico sos cantante? Porque te vi cantar en un video...

-Es verdad, canto (se ríe). Tengo una banda en Italia con la que hacemos conciertos a beneficio. Lo que pasa es que la hice bien. Me puse alrededor todos 10 y yo soy un 4 pero en la suma parezco un 8. Tengo mucha pasión y poco talento.

-¿Hiciste amigos en el fútbol?

-Hay algunos con los que empezamos desde las inferiores de Newell's: Sensini, Batistuta... Con ellos hicimos toda una carrera prácticamente juntos. En Italia también tengo muchos amigos. Con Sensini a los 16 años íbamos en el colectivo a entrenar con las estacas que nos mandaba a cortar Bielsa. Después, estuvimos juntos en Udinese, en Parma y en la selección. Con Bati lo mismo, yo era un poco más grande. Yo lo llamo Carloncho y él me dice Chenti. Son nombres que surgieron cuando estábamos en la concentración de la Roma. En aquel momento estaban de moda los grupos de chat y se nos ocurrió entrar en uno de poetas. Entonces él entró como Carloncho y yo como Chenti. ¡No sabes lo que eran nuestras poesías! Un desastre, de lo más vulgares.

Balbo y Lamas
Balbo y Lamas

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