La historia los unió en uno de los clásicos barriales más porteños. Sigue siendo Clásico, aunque Chacarita Juniors se tuvo que mudar lejos, hace 78 años. Atlanta tiene fecha de fundación estelar: el 12 de octubre de 1904 el grupo de muchachos reunidos en la plaza ubicada en lo que hoy es Avenida Independencia con la calle Bernardo de Irigoyen, en pleno Monserrat, lo oficializaron.
Chaca tiene origen socialista: unos pibes juntados en el Centro Socialista de la Sección 17ª, en el cruce de Giribone y Dorrego, resolvieron plegarse a la epidemia futbolera. Arrancaron con una camiseta mitad blanca y mitad roja, el 1ª de mayo de 1906. Chacarita empezó a jugar luego de encontrar terreno para ser local, recién en 1912. Duró poco y estuvo a punto de desaparecer, pero tras varios años de ausencia, fue refundado en 1919 y empezó a luchar en el ascenso de la Asociación Argentina para 1921.
Atlanta compitió mucho antes. Se metió en la AFA de aquellos años en 1906 en la tercera categoría y pronto ascendió a segunda. En 1912 llegó a Primera en la fugaz Federación Argentina de Fútbol. El problema era dónde jugar como local: arrancó en Floresta, en el cruce de las hoy avenidas Alberdi y Escalada. Los echaron, deambularon por Liniers y para 1914 llegaron al Parque Chacabuco, que tenía tres canchas reglamentarias. Allí tuvieron su hogar, hasta que los obligaron a irse en 1918. Otra vez a Floresta, al campo que tenía el Banco Nación en Carrasco al 200. Recién en 1922 llegaron a Villa Crespo, aunque con un apodo inusual: ya los llamaban “Los Bohemios”, porque deambulaban de barrio en barrio, con una década en la A.
Con Atlanta en la Asociación Amateurs y Chacarita en la Asociación Argentina, el clásico de Villa Crespo recién se materializó cuando se unificó el fútbol para 1927. En ese tiempo, eran vecinos: Atlanta con su cancha en Humboldt 470 y Chacarita en Humboldt 345. El primer partido oficial lo ganó Chacarita por 2-0, el 13 de noviembre de 1927. Los goles del ya tricolor, los hicieron José Gaslini y Renato Cesarini. Sí, el mismo Cesarini que luego jugaría en River y sería su entrenador en los años sesenta.
Arrancó el profesionalismo y el barrio comenzó a vivir una rivalidad que los enfrentaba diariamente en terrenos muy cercanos. Es que Chacarita se mudó de manzana en 1933 y armó su campo de juego junto al de Atlanta, apenas separadas las canchas por una medianera que dividía a una de las tribunas de cada estadio. El choque en la Primera División ha sido la marca registrada del clásico, porque 102 de sus 132 partidos se han disputado en la máxima categoría, el 77%.
Si era insólito que dos equipos estuviesen unidos a través de una medianera, más inusual fue que la Sociedad de Tierras de Villa Crespo comprara los terrenos donde estaban situadas las dos canchas y obligase a Chacarita a tener que irse. Ya no quedaban espacios para edificar un nuevo estadio y por esa razón, Chacarita eligió la zona de Villa Maipú, en la ciudad de San Martín para encontrar su nuevo hogar. Allí inauguró su casa, el 8 de julio de 1945.
Sin embargo, la rivalidad se mantuvo siempre. Chacarita había sacado ventaja con sus triunfos desde el inicio: hubo varias goleadas (5-1 en 1931. 6-1 en 1940 y 5-1 en 1952) para los ya Funebreros, y el auriazul -que siempre utilizó los mismos colores desde su origen- logró un 7-2 en 1944, con una formidable actuación del delantero Luciano Agnolín, autor de cinco tantos.
Hasta 1980, todos los enfrentamientos fueron en Primera A. Descendieron juntos en 1979, enviados por Platense que los superó en el Cuadrangular de la Muerte donde también retrocedió Gimnasia La Plata. Chaca bajó al infierno: jugó en la Primera C de 1981, pero volvió al toque. En 1983 compartieron el regreso a Primera División. Atlanta duró una única temporada y desde aquel nuevo descenso de 1984, no ha regresado a la Primera A. La gran superioridad numérica de Chacarita en el historial se refleja justamente ese año. El 23 de septiembre de 1984, los Bohemios superaron 1-0 a Chaca gracias a un tiro libre de Osvaldo Mazo, el chaqueño de buena pegada que se luciera también en Colón e Independiente.
Desde esa tarde en Villa Crespo, el clásico lo jugaron 14 veces más en el hogar de los Bohemios, registrándose ocho empates y seis victorias de Chacarita, la última en 2021 por 3-0, con tantos de Mazur, Luciano Nieto y un autogol de Paredes. Fue por la B Nacional, categoría que los ha disfrutado en 14 Clásicos. Antes lo habían hecho en la vieja Primera B y también en la B Metropolitana, categoría creada en el invierno de 1986.
Si bien en la primera rueda empataron 1-1 en San Martín, la historia le hace un guiño enorme a Chacarita, que es el dueño del historial con una ventaja llamativa: ha ganado 55 veces el Clásico contra 36 victorias de Atlanta y 41 empates. De local, Chaca se impone 32-11 y en Villa Crespo, el choque está igualado en 23 triunfos para cada uno. Carlos García Cambón, crack del Funebrero y luego de Boca, es el máximo goleador del duelo: marcó 8, uno más que Luciano Agnolín, crédito del Bohemio.
Los medios periodísticos y todos los futboleros conocen al clásico de Villa Crespo. Lo identifican muy pronto y pocos se detienen a pensar que Chacarita debió irse a San Martín hace 78 años, desalojado por amigos de su clásico rival. Pero la rivalidad sigue. Cosas del fútbol.