En su presentación, lanzó que quiere quedar en la historia del club. Rubén Botta no se anduvo con vueltas: se puso la camiseta de Talleres y ahí nomás aseguró que quiere ganar los cinco torneos que disputará este año. Próximo a cumplir sus 34 años, el enganche tendrá, según sus propias palabras, un "lindo desafío" y espera estar a la altura. Le tocó descender con Colón hace poco más de un mes y ahora jugará la Copa Libertadores. "El fútbol da revancha", dijo.
Botta era un viejo anhelo para el presidente de la T, Andrés Fassi. Lo supo llevar al Pachuca mexicano allá por el 2015, pero no había tenido suerte para traerlo a Córdoba. Hasta ahora. La pérdida de categoría del Sabalero, su último equipo y donde fue figura, facilitó las cosas. Un futbolista de su nivel no podía estar en la Primera Nacional, estaba claro. Si bien tuvo varias opciones sobre la mesa, la que le acercaron desde barrio Jardín fue la más tentadora.
"Acá sólo tenés que pensar en jugar y eso lo hace más fácil", advirtió en enlace en su primera conferencia de prensa. "Sin relajarse, hay que aprovecharlo para sacar lo mejor de cada uno", siguió. Además de su jerarquía y su experiencia, físicamente llega en un gran momento. "Ahora es cuando mejor me siento", reconoció. Todo hace pensar que su etapa de adaptación será corta y más temprano que tarde estará a disposición del DT, Walter Ribonetto.
Dentro del campo de juego, Botta tendrá la compleja tarea de ocupar el lugar de Rodrigo Garro, que dejó Talleres para irse al Corinthians de Brasil. El volante fue la manija del Matador en las últimas temporadas y está claro dejó la vara muy alta. Sin embargo, el nuevo refuerzo dijo no sentir presión para reemplazarlo.
Hay varias opciones para ubicarlo en la cancha. Podría ser un enlace, que obligará al nuevo entrenador a cambiar el esquema habitual. La formación podría dejar el 4-3-3 para pasar a un 4-2-3-1 o a un 4-3-1-2. Eso no será un problema. Se necesita de alguien más pensante, que dé ese pase filtrado en velocidad que tanto resulta para aprovechar la velocidad de los extremos albiazules. Las bases no cambian: seguirá siendo un once dinámico y práctico.
También podría tener participación por los costados, aunque sin el requerimiento del ida y vuelta permanente. El paraguayo Ramón Sosa, de un lado, y a cualquiera que le toque del otro, se despliegan por la banda tanto en ataque como en defensa, cuando el trámite así lo requiere. Eso no se le pedirá al "Mago", pero sí podría utilizar los laterales con libertad para luego moverse a lo largo y ancho de todo el frente de ataque.
A su vez, se espera que se pueda hacerse cargo de la pelota parada. Su pegada es precisa y, tanto en los tiros libres, de esquina y/o los penales, buscarán sacarle provecho. Hay versatilidad y las opciones son variadas. Lo cierto es que la T sumó a un hombre que permite ilusionarse, de nuevo: Botta tiene el voto de confianza de la gente, que ya lo quiere ver mostrando su magia.