Fue un largo recorrido para Hernán Galíndez hasta este momento en que, con 37 años, se permite "disfrutar". Se encarga de remarcar ese cambio en su carrera y su vida porque hubo momentos de frustraciones y dolor, a los que supo sobreponerse a la distancia de su país. Fueron 12 años en el exterior, fundamentalmente en Ecuador donde rehizo su camino y forjó su carácter. Primero en el ascenso, jugando con un puñado de hinchas en las tribunas, apenas unos cientos, hasta representar al seleccionado desde 2020. "Mi carrera cambia con la selección. Empezó muy mal y estuve muy cerca de no jugar más. Me fui a Ecuador porque podía seguir jugando a la pelota, no pensaba en nada más. De a poco se fue dando todo y entendí siendo más grande que esto es un juego y hay que disfrutarlo", contó el dueño de la valla menos vulnerada del fútbol argentino (sufrió cuatro goles en 12 fechas). El regreso al país se dio por su nuevo objetivo con la Tricolor, que la próxima semana tendrá el estreno de Sebastián Beccacece: "Yo sabía que para estar en el próximo Mundial debía exigirme y para mi venir al fútbol argentino me permite esto. Se lo dije a Daniel Vega (secretario técnico de Huracán), que necesitaba de un equipo competitivo para poder exigirme".
Galíndez llegó a Huracán en el verano de este año, pero las tratativas por parte del club comenzaron meses antes. "Cuando me llamó Huracán, creí que era el momento indicado para volver al fútbol argentino. Había tenido sondeos, pero sentía que debía quedarme en Ecuador cuando llegué a la Selección en 2020. Cuando fui a Chile, a principios del 2022, por seis meses, no la pasamos bien con mi familia porque justo se dio lo de Byron Castillo. Después del Mundial de Qatar pensé que iba a tener alguna posibilidad, pero no se dio. Tenía ganas. En octubre del 2023 me llamó Daniel Vega, me manifestó la intención de que llegara pero se fue Diego Martínez, no prosperó y mientras tanto me contactaron de Brasil, Colombia, Argentinos Juniors y Unión", recordó Galíndez en diálogo con el canal de YouTube Habla Huracán. Y reveló: "Mi esposa tenía algo con Huracán, tenía como un sexto sentido, quería que viniera para Huracán pero no me llamaban. Me contó que de chica iba a La Quemita y por eso sentía que yo tenía que venir. Finalmente asumió Sava y me llamaron otra vez. Me reuní con el dueño de Aucas, donde me quieren mucho porque tuvimos la suerte de ser campeones y atajé un penal en la final, y él no quería saber nada al principio".
Huracán se mantiene como único invicto del certamen, llegando a la primera mitad de la Liga Profesional, y con mucha expectativa también en Copa Argentina, donde en cuartos de final se medirá con Talleres de Remedios de Escalada. "De acá a fin de año dependemos de nosotros y de nadie más. Al hincha lo veo ilusionado, como estamos nosotros, y siento que se siente identificado, eso es muy importante. No nos fuimos contentos con Argentinos. El punto no nos alcanzó para lo que queremos, pero seguimos arriba. Y eso debemos planteárnoslo. Tenemos un grupo comprometido y eso lo admiro. Me emociona cuando cantan que los jugadores les vamos a demostrar que salimos a ganar y queremos salir campeón. Queremos lo mismo que ellos, tenemos la misma ilusión. Nos veo con chances". Finalmente, habló de cómo pudo adaptarse rápido al cambio en su salida de la zona de confort, y su deseo de cumplir su contrato hasta fines del 2026. "Siento que estoy hace un montón, me siento parte de la institución, respetado por todos. Estoy feliz, disfruto ir a La Quemita todos los días y estoy contento con la decisión que tomé".
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