En un fútbol argentino que carece de proyectos a mediano y, mucho más, a largo plazo, en La Paternal había uno que parecía ir contra la corriente. El ciclo de Gabriel Milito en Argentinos Juniors fue de lo más exitoso -entre los terrenales- de los últimos tres años en la elite de nuestro deporte, incluso sin haber podido consagrar con un título, que por cierto merecía largamente. Pero ayer, sorprendiendo a propios y extraños, el DT del Bicho anunció el punto final para su estadía en el club. Fue tras la segunda eliminación copera (antes Libertadores, ayer Argentina) en un mes, es cierto, pero lejos estaba de insinuar un fin de ciclo.
Hagamos un repaso para entender la valía de Milito en Argentinos. Llegó en enero de 2021, cuando Diego Dabove -que había hecho un buen trabajo- dejó al Bicho para irse a San Lorenzo. En su primera temporada jugó Copa Libertadores: ganó un grupo que se presumía muy parejo (Católica, Nacional y Atl. Nacional) y en octavos tuvo la mala fortuna de toparse con el River de Gallardo (empató en el Monumental y perdió en Paternal). Ese mismo año, llegó a semifinales de la Copa Argentina, donde perdió por la mínima ante Boca, el campeón. En la temporada de LPF, el andar del equipo fue irregular y no logró clasificar a copas internacionales para 2022.
En 2022, sin doble competencia, fue de los mejores equipos de la temporada: llegó a semifinales de la Copa de la Liga (eliminando en cuartos a Estudiantes, que había sido el mejor equipo de su zona, y perdiendo por penales ante Tigre) y si bien no llegó a pelear hasta el final la Liga, si terminó cuarto en la anual (detrás de Racing, Boca y River) para garantizarse un lugar en esta Libertadores. La Copa Argentina lo vio eliminado en 16° tras cruzarse con Defensa y Justicia.
La obsesión y la prioridad para este 2023 fue la Copa Libertadores, donde al Bicho le volvió a tocar un grupo difícil en el que estuvo a un minuto de clasificarse nuevamente como primero, aunque terminó pasando a octavos como segundo. Se topó con Fluminense y un montón de bajas para la serie de octavos de final en la que compitió de igual a igual contra uno de los poderosos de Brasil y terminó eliminado injustamente, con la sensación de que podía hacer historia en el continente. Se había preparado para eso, manteniendo a prácticamente todo el plantel -salvo Kevin Mac Allister- y haciendo una fuerte inversión en Gondou y Lescano.
"Los golpes van a seguir viniendo porque gana uno solo. A excepción de un solo DT que gana casi siempre, que es Guardiola, todos los demás quedamos eliminados, perdemos. Uno convive más con la eliminación que con salir campeón. Tenemos que saber que el resultado final hay que soñarlo, pero siendo conscientes de que puede darse pero que la mayoría de las veces lo intentas y no ocurre", aseguró Milito después de la caída con Flu.
La eliminación en el gran sueño no implicaba el final del camino para Milito, que hace unos meses renovó su contrato ¡hasta 2027! En la previa del arranque de la Copa LPF, seguía viendo con buenos ojos el futuro en Argentinos. "No tengo intenciones de salir porque creo que con este equipo todavía hay cosas por hacer, que este equipo tiene futuro. Cuando uno está contento y feliz en un lugar, ¿cuál es la necesidad de cambiar? No tengo esa ambición. Mi única ambición es que juguemos un poco mejor cada año, y si es posible volver a jugar la Copa Libertadores el año que viene, y sino, la Sudamericana. Saliendo campeón o por sumatoria de puntos, esa es mi ambición", manifestó el DT en una conferencia de prensa partidaria.
Arrancó de enorme manera el segundo semestre, ganándole muy bien ni más ni menos que a River, el último campeón. Y entonces esa declaración del futuro se sustentaba más que nunca. Hasta que en cinco días se desmoronó todo, o al menos Milito lo vio así. El Bicho perdió con Arsenal, peor equipo del año, sin grandes respuestas futbolísticas, y se quedó afuera de la Copa Argentina ante San Martín de San Juan, de la Primera Nacional y con un mix entre titulares y suplentes, por priorizar el ascenso.
Y entonces hay que volver a esa misma charla del DT con un grupo de periodistas para empezar a encontrarse las señales que intenten explicar lo que ayer por la tarde parecía inexplicable: la decisión de irse de Argentinos. "El día que sienta que tiene futuro el equipo pero que los jugadores necesitan 'escuchar otra música' me iré solo, no hace falta que me pidan la renuncia. Eso espero que sea dentro de mucho tiempo porque eso significa que la cosa sigue funcionando bien y que las sensaciones mías son buenas. El fútbol y la vida es mucho de sensaciones", dijo Milito.
Entonces hay que ir a las sensaciones. Más de dos años y medio y tanta instancia decisiva trajo un desgaste lógico en el entrenador, que es de esos que vive el fútbol de manera super intensa. Lo que queda de manifiesto, es que, más allá de alguna cuestión interna de vestuario que pudo haber existido y afectado lo deportivo, estos últimos 180 minutos le hicieron entender a Milito eso de que los jugadores necesitaban escuchar otra música. Lejos estuvo el equipo de parecerse al Argentinos de Milito ante Arsenal y San Martín más allá del resultado. Y la decisión agarró desprevenido a todo el mundo.
Desde este mismo jueves, la dirigencia junto a la secretaría técnica ya trabajan en lo que viene, pero empezando completamente de cero. No estaba previsto tener que sentarse a pensar el futuro del club -que tiene el rumbo muy bien marcado hace años ya con Cristian Malaspina a la cabeza- y por lo tanto no había posibles sucesores ni nada por el estilo. El mando del equipo lo agarrará de manera interina Cristian Zermatten, actual DT de la Reserva, y no habrá ninguna decisión apurada para definir al próximo entrenador. Incluso, no sería descabellado pensar en Zermatten hasta fin de año, aunque lo cierto también es que por delante hay una fecha FIFA como para que si llega un entrenador, tenga algunos días de trabajo antes de debutar.
Sin el final que merecía y sin haber podido coronar con un título, pero potenciando a muchísimos jugadores que le dieron y le seguirán dando a Argentinos rédito deportivo y también económico, el ciclo de Gabriel Milito en el Bicho llegó a su fin. Alguien que jamás se había identificado con el club y terminó pareciendo que pasó toda su vida en La Paternal. Una pérdida futbolística no solo para Argentinos, sino también para el fútbol argentino.