Flamengo vive un impensado presente en esta Copa Libertadores. Más allá de su plantel de jerarquía y su avasallante historia, no logra hacer pie en un Grupo E que, de primera impresión, parecía de los más accesibles. El último martes cayó 1-0 ante Palestino en Chile y, en su vuelta a Brasil, tuvieron una hostil recibida.
Apenas pusieron un pie en el aeropuerto de Rio de Janeiro, un grupo de hinchas del Mengao increpó a los jugadores, entre ellos Agustín Rossi y Nicolás De la Cruz, y les recriminó por este delicado momento en el plano copero. Hubo gritos, insultos y varias palabras subidas de tono. Bruno Henrique, una de las figuras del plantel, fue el único que se detuvo a hablar con los fanáticos y la prensa: “Vamos a mejorar”.
Actualmente, el conjunto rubro-negro está tercero en su zona y, tras la derrota por la mínima en tierras trasandinas, quedó tercero en su zona con tan solo cuatro puntos y lejos de la clasificación a octavos de final, ya que Palestino tiene seis y Bolívar nueve.
En caso de no poder levantar cabeza en la Libertadores, el Fla quedará eliminado en la fase de grupos, lo que se consideraría una verdadera tragedia futbolística en Brasil teniendo en cuenta que era uno de los candidatos a levantar el título.