La decepcionante Copa América de Estados Unidos, donde Paraguay perdió los tres partidos de la fase de grupos, le puso punto final a un pobre ciclo de Daniel Garnero. El entrenador argentino sólo obtuvo una victoria oficial en los diez partidos que dirigió y desde la Federación decidieron despedirlo. En su lugar asumió Gustavo Alfaro, que venía de hacer un gran trabajo en Ecuador y un importante recambio generacional en Costa Rica. Desde su arribo la Albirroja está invicta y se metió en zona de clasificación para el próximo Mundial.
Fiel a su estilo, cuando llegó a mediados de agosto dio una conferencia de prensa apelando a las emociones e intentando rescatar ese gen competitivo y luchador que tiene el futbolista paraguayo. Sin dudas tocó las fibras de sus futbolistas, que recuperaron el fuego sagrado que habían perdido y generaron que los hinchas se vuelvan a sentir identificados con ellos.
"Los jugadores deben estar convencidos, Paraguay puede jugarle de igual a igual a cualquiera. Hay que sacar puntos contra todos. Elhecho de no sentirse inferior ante nadie, es lo que hace falta a Paraguay", explicó en su presentación. Y agregó: "No quisiera que Paraguay vea el próximo Mundial por televisión. Este es un sueño que nos tiene que comprometer y movilizar. Sabemos que queda poco tiempo y tenemos muchas cosas por hacer".
Y no tenía un debut para nada fácil. Además de rescatar a un equipo que se encontraba divagando por los últimos puestos de la tabla con unos míseros cinco puntos, debía enfrentar a Uruguay, en el Centenario de Montevideo. Pese a que la Celeste estaba diezmada por las sanciones que recibieron sus jugadores tras la escandalosa eliminación ante Colombia en la Copa América, venían mostrando un buen fútbol de la mano de Marcelo Bielsa. La Albirroja se llevó un valioso empate 0 a 0.
Ese punto obtenido en tierras orientales había que revalidarlo en casa, nada más y nada menos que ante Brasil. A base de garra, corazón y sacrificio, pero también de una genialidad de Diego Gómez que clavó un golazo de tres dedos, los guaraníes vencieron por 1 a 0a la Verdeamarela en Asunción.
Tras una más que positiva doble fecha de septiembre, Paraguay puso sus focos en los dos partidos de octubre. En primer lugar tenía que visitar a Ecuador, país que le trae grandes recuerdos al entrenador argentino. De hecho, la gran mayoría del plantel ecuatoriano se acercó a saludarlo afectuosamenteen la previa del partido. El encuentro fue flojo y no pasaron del empate a cero. Otra vez un punto importante que debía tomar valor en Paraguay.
Y así fue, aunque hubo que sufrir. Venezuela comenzó ganando con un gol de el lateral Jon Aramburu en la primera etapa, el primero que sufrió la Albirroja desde que Alfaro está en el banco de suplentes. Sin embargo, un doblete de Antonio Sanabria en el segundo tiempo les dio la victoria.
Ocho puntos de doce posibles, un balance más que positivo para una selección que no tenía rumbo y debió enfrentar a cuatro rivales peligrosos. De hecho, tras la Copa América, los únicos seleccionados que sumaron más puntos que Paraguay fueron Bolivia y Brasil con nueve; Argentina y Colombia, por ejemplo, sumaron uno menos que los guaraníes. Hoy sitúan sextos en la tabla de posiciones con 13 unidades, en zona de clasificación al próximo Mundial.
En la doble fecha de noviembre, la última del año, tendrán otra prueba de fuego en el Defensores del Chaco. Recibirán a los últimos campeones del mundo y bicampeones de América, el jueves 14 a las 19.30. Luego, el martes siguiente, tendrán una dura parada en El Alto ante una selección boliviana que, a pesar de la dolorosa derrota ante la Albiceleste, está en levantada de la mano de Oscar Villegas.