El castillo más antiguo de España está en Andalucía.

El castillo más antiguo de España está en Andalucía.

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El castillo más antiguo de España está en Andalucía: tiene más de 1.000 años y fue residencia de muchos reyes

Es uno de los castillos más emblemáticos de Andalucía: el más antiguo de la región. Destaca tanto por su antigüedad como por su impresionante estado de conservación.

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España es un país con una rica herencia histórica, y una de las huellas más visibles de esa historia son los castillos. Desde el norte hasta el sur, y de este a oeste, el territorio español está salpicado de castillos que cuentan historias de batallas, conquistas, reyes, nobleza y leyendas. Estos castillos forman parte de la identidad cultural del país y son testigos de un pasado lleno de cambios, desde la época medieval hasta la Edad Moderna.

Se estima que hay más de 2.500 castillos repartidos por toda España, aunque algunos cálculos indican que podrían ser aún más. Esta gran cantidad de castillos refleja la importancia que tuvieron en su época, especialmente durante las Guerras de la Reconquista, cuando los cristianos luchaban por recuperar los territorios de la península ibérica que habían estado bajo control musulmán durante siglos. Muchos de estos castillos fueron construidos para defender las fronteras y las rutas comerciales, y, más tarde, se convirtieron en residencias de la nobleza.

Entre los diferentes castillos repartidos por la Península Ibérica destaca el Castillo de Burgalimar, también conocido como Castillo de Baños de la Encina, es uno de los castillos más emblemáticos de Andalucía y, de hecho, se considera el más antiguo de la región. Situado en el municipio de Baños de la Encina, en la provincia de Jaén, este castillo destaca tanto por su antigüedad como por su impresionante estado de conservación.

El Castillo de Burgalimar fue construido en el siglo X, durante el periodo de dominación musulmana en la península ibérica. Se cree que fue erigido en el año 966 por el califa Abd al-Rahman III, quien gobernó al-Andalus y fue responsable de una gran expansión y consolidación del poder musulmán en la península. El castillo se construyó como una fortaleza para proteger la vía de la plata, una importante ruta comercial y de comunicación entre el norte y el sur de la península.

La ubicación estratégica del castillo, sobre un promontorio rocoso, ofrecía excelentes vistas de los alrededores, permitiendo una defensa eficaz contra posibles ataques. Además, esta posición en la Sierra Morena también le daba el control de una región clave de paso entre el Valle del Guadalquivir y otras áreas de la península.

El Castillo de Burgalimar es un magnífico ejemplo de la arquitectura militar islámica, y se caracteriza por sus muros de tapia (tierra compactada) y torres albarranas. El castillo tiene una estructura rectangular con nueve torres (una de las cuales es especialmente grande y destacada). La torre principal, conocida como la "torre del homenaje", es una de las partes más representativas y altas de la fortaleza.

Una de las características más destacadas de este castillo es sus murallas, que han logrado mantenerse en buen estado a lo largo de los siglos. Estas murallas son extremadamente gruesas, lo que proporcionaba una gran defensa contra los ataques, y la puerta de acceso al castillo está fortificada con una doble muralla que no solo servía para defender, sino también para dificultar el acceso al castillo.

El castillo también cuenta con un patio interior que proporcionaba espacio para actividades cotidianas y militares. El aljibe (depósito de agua), esencial para la supervivencia en tiempos de asedio, es otro de los elementos clave que aún se conservan.

A lo largo de los siglos, el Castillo de Burgalimar ha sufrido diversas modificaciones. Tras la Reconquista, en 1225, el castillo fue entregado a Fernando III de Castilla, quien lo incorporó al Reino de Castilla. Durante la Edad Media, el castillo continuó siendo un importante punto de defensa en la región.

A lo largo de los siglos, el castillo fue sometido a varios cambios. En el siglo XVI, con el avance de la artillería y el cambio en las estrategias militares, el castillo perdió parte de su función original como fortaleza defensiva, pero continuó siendo utilizado por la nobleza como residencia.

Además, otros datos curiosos de este castillo pasan por el hecho de que también recibe el nombre de "la fortaleza de los siete reyes", en alusión a los monarcas cristianos que residieron en él a lo largo de la historia: Alfonso VII, Alfonso VIII, Alfonso IX, Pedro II, Sancho VII, Fernando III y Fernando el Católico.

Hoy en día, el Castillo de Burgalimar es un importante punto turístico y patrimonio histórico. A pesar de los siglos de historia, el castillo se conserva en muy buen estado, lo que permite a los visitantes viajar atrás en el tiempo y experimentar cómo era la vida en una fortaleza medieval islámica.

La fortaleza ha sido objeto de restauraciones que han permitido preservar su estructura, y se pueden realizar visitas guiadas para aprender sobre su historia, arquitectura y las diversas etapas que atravesó a lo largo de los siglos. Las vistas panorámicas desde sus murallas, que dominan el paisaje circundante, son uno de los mayores atractivos de este castillo.